El rápido ascenso del partido de extrema derecha
Con su línea dura contra el separatismo catalán, la inmigración y el feminismo, el partido de extrema derecha Vox ha sido el gran ganador de las elecciones generales este domingo, subiendo al tercer lugar.
El partido ganó 52 escaños, más del doble de los 24 que tenía durante su debut parlamentario en abril en la demostración más significativa de una facción de extrema derecha desde el regreso de España a la democracia tras la muerte del dictador en 1975.
Fundado por miembros del PP
Vox, fue lanzado en 2014 por Santiago Abascal y varios miembros descontentos de la línea dura del conservador PP.
En ese momento, Abascal criticó al entonces presidente, Mariano Rajoy, por no derogar las medidas aprobadas por un gobierno socialista anterior, como la legislación sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo o la ley de la memoria histórica que busca reconocer a quienes sufrieron bajo la dictadura de Franco.
Y el mes pasado, Abascal denunció al gobierno socialista por exhumar los restos de Franco de un grandioso mausoleo y trasladarlos a un lugar más discreto, calificándolo de «profanación» de una tumba.
Subida rápida
Al principio, Vox tuvo problemas para ganar tracción, atrayendo solo a unos pocos votantes, pero en diciembre de 2018 irrumpió, ganando el 10 por ciento de los votos en las elecciones de Andalucía, una comunidad tan grande como todo Portugal.
Luego, el partido unió fuerzas con el PP y Ciudadanos, como socios de negocios, para expulsar a los socialistas donde habían gobernado desde 1982.
En las elecciones de abril, Vox ganó 2,6 millones de votos y el domingo aumentó a más de 3,5 millones de votos, convirtiéndose en el partido que obtuvo más votos en la región de Murcia y en el enclave de Ceuta.
En su discurso de victoria, Abascal afirmó que el ascenso del partido fue «el más meteórico y rápido en la democracia española».
Catalunya e inmigración
Los analistas dicen que fue la línea dura de Vox sobre el separatismo catalán la responsable de su éxito.
Aumentó su retórica en octubre después de la sentencia del Tribunal Supremo sobre El Procés, lo que provocó días de protestas.
Incluso antes de eso, Vox había desempeñado un papel activo en el juicio del Procés al usar la peculiaridad del sistema legal español, que permite que el partido actúe como acusación particular.
VOX quiere prohibir los partidos separatistas, suspender la autonomía de Catalunya y detener a su presidente Quim Torra.
También quiere la deportación de todos los inmigrantes ilegales, ha presionado para derogar una ley pionera sobre violencia de género y defiende las corridas de toros.
El diputado del partido, Javier Ortega-Smith, ha sido acusado de antisemitismo por las críticas al financiero George Soros, un judío húngaro que emigró a los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y que ha estado involucrado con grupos que promueven una agenda democrática liberal y abierta.
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