España ve bien reducir el consumo de electricidad pero quiere decidir en qué horas se aplica
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentará este miércoles en el Parlamento Europeo, durante el debate de estado sobre la Unión, la lista renovada de medidas para hacer frente a la crisis energética que le pidieron los 27, el pasado viernes, en un consejo extraordinario.
Una lista que incluye cinco medidas básicas que ya se apuntaron la semana pasada, según un borrador al que ha tenido acceso la agencia Bloomberg, y que serían:
- Reducir el consumo eléctrico en las horas de mayor demanda en toda la UE
- Estudiar un posible tope en el precio del gas (a través de un índice de referencia y con medidas para reducir la especulación)
- Poner una tasa temporal en los beneficios extraordinarios de las energéticas (una «contribución solidaria»)
- Limitar los llamados «beneficios caídos del cielo» de las renovables.
Dar liquidez a los operadores energéticos, a través de garantías financieras
Una reducción obligatoria del consumo energético
Los 27 estarían de acuerdo en que hay que reducir el consumo energético, sobre todo en las horas de mayor demanda. Ahora bien, ¿vale la misma fórmula para todos?
La Comisión estaría estudiando recortar el consumo durante 3 o 4 horas al día, aquellas en las que se concentran los picos de demanda. Aún no se han hecho públicos los porcentajes, pero la reducción podría estar entre el 5 y el 10% del consumo en estas horas punta.
La Comisión estaría abierta, por ello, a la idea de que cada país eligiera cómo llega a los objetivos establecidos, si es necesario, fijando incentivos fiscales o compensaciones económicas.
La vicepresidenta tercera del gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera se ha mostrado partidaria de que esta reducción del consumo sea obligatoria en toda Europa, pero dejando en cada estado miembro cierto margen para decidir «a quién, cómo y en qué horas del día» deben aplicarse estas restricciones.
Y es que los picos de demanda son diferentes en cada país y no siempre coinciden con los picos de precio.
En España, por ejemplo, el consumo se dispara en las horas centrales del día, pero gracias a las renovables, como la solar, éstas no son las horas más caras. Los precios se disparan por la noche , en los que, aunque cae el consumo, es necesario poner más centrales de gas en funcionamiento.
Poner un tope al gas importado
Otra de las medidas sobre las que trabaja la Comisión es reducir los beneficios extraordinarios de renovables, nucleares e hidráulicas fijando un límite al precio que reciben por su energía y poner también un tope al precio de compra del gas , un punto en el que se habrían atascado.
El debate ahora se centra en decidir dónde se pondrá el tope y si los estados tendrán, como pide Ribera, margen de maniobra. La vicepresidenta cree que para reducir el precio de la factura no es suficiente con reducir el consumo, sino que hay que rebajar también su precio.
«Si ahorramos mucho en gas pero es muy caro, quizá el precio de este gas tan caro se coma el ahorro que hemos generado al ser eficientes. Por tanto, necesitamos ambas cosas.»
Ribera cree que es necesario acordar un precio máximo a la compra de gas que llegue de Europa desde terceros países y por cualquier vía, no sólo al gas que proviene de Rusia, y advierte que poner un tope inadecuado sería insoportable para vendedores, proveedores e intermediarios y podría provocar efectos indeseados.
Mientras algunos estados, como España, apuestan por poner un precio máximo al gas, venga de donde venga, otros, como Hungría, se oponen a poner un límite incluso al gas ruso.
Por eso la Comisión deja para más adelante establecer este tope y se compromete, de momento, a estudiar el mercado, mirar si se podría crear un índice de referencia y vigilar si existen elementos que favorecen la especulación.
El Consejo Europeo de Energía podría reunirse a finales de este mes para estudiar cómo hacer efectivo este tope al precio del gas.