La sanción de la ACCO a Élite Taxi: ¿Un asunto personal?

El conflicto con la Autoritat Catalana de la Competència contra Élite Taxi




El juicio contra la Autoritat Catalana de la Competència (ACCO) por la sanción de 122.910 euros impuesta a Élite Taxi entra en su última fase. La multa, que la asociación de taxistas califica de desproporcionada, pone de manifiesto el conflicto entre el colectivo y el organismo regulador, al que acusan de estar al servicio de multinacionales como Uber y Cabify.

Una sanción sin precedentes

La multa impuesta a Élite Taxi ha sido considerada como un castigo excesivo y fuera de proporción. La ACCO ha aplicado un porcentaje sancionador del 1,7%, superior al utilizado en casos como el del cártel de fabricantes de automóviles. Este último caso, resuelto por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en 2015, implicó a más del 90% de los fabricantes del sector durante ocho años, pero ninguna de las empresas sancionadas recibió una penalización de tal magnitud.

Élite Taxi denuncia que esta diferencia de trato evidencia una intencionalidad política y económica detrás de la sanción. «Es obvio que la ACCO está actuando como marioneta de Uber y otras multinacionales», ha declarado a Timis Local News, Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi.

Contexto de la sanción: la lucha contra Uber

La resolución de la ACCO señala que Élite Taxi llevó a cabo prácticas como difusión de datos personales de taxistas adheridos a Uber, presiones en redes sociales y otras acciones dirigidas a disuadir a los conductores de colaborar con la multinacional. Según la ACCO, estas prácticas constituyen actos de denigración y coacción que vulneran las normas de la competencia.

Sin embargo, Élite Taxi refuta estas acusaciones, argumentando que sus acciones se limitan a la defensa legítima de los derechos de los taxistas y del modelo regulado de transporte frente a las prácticas desleales de Uber. En palabras de Álvarez:

«Lo de los fascistas no es nada comparado con la ACCO. Este organismo está diseñado para ejecutar los deseos de las grandes corporaciones, sin importar los derechos de los trabajadores locales.»

El trasfondo del conflicto

Desde 2022, la ACCO ha intensificado su presión sobre Élite Taxi, abriendo expedientes por supuestas acciones de boicot y prácticas «agresivas». Élite argumenta que estas medidas responden a las denuncias que ha liderado contra las multinacionales de VTC (vehículos de transporte con conductor) como Uber y Cabify, acusándolas de evasión fiscal, explotación laboral y competencia desleal.

En el último año, Élite ha denunciado que tanto la ACCO como la CNMC, organismos financiados con fondos públicos, favorecen a empresas que operan desde paraísos fiscales y que no contribuyen económicamente al sistema que los respalda.

¿Una nueva batalla en las calles?

El desenlace del juicio no solo definirá el futuro inmediato de Élite Taxi, sino que también podría reactivar las movilizaciones del sector. Aunque por ahora las protestas parecen aplazadas, no se descartan manifestaciones masivas en los próximos meses. «Esto no se quedará así, ni en los tribunales ni en las calles», advirtió Álvarez.

La asociación también ha señalado que no permitirán que la ACCO quede impune. «La cúpula de este organismo tendrá que rendir cuentas. Seguiremos luchando por la justicia y por la defensa del taxi como servicio público», añadió el portavoz.