Catalunya mantiene el confinamiento comarcal

Catalunya mantiene el confinamiento comarcal

El Gobierno catalán mantendrá el confinamiento comarcal la próxima semana. A la espera de la confirmación oficial del Procicat en la rueda de prensa de hoy viernes, el conseller de interior, Miquel Samper, ha adelantado en una entrevista en La mañana de Cataluña Radio que hay que dar ‘pasos lentos pero seguros’.

Sobre la mesa estaba la posibilidad de limitar la movilidad en el ámbito de las regiones sanitarias, pero los técnicos de la Generalitat han preferido alargar unos días más el confinamiento comarcal a la espera de ver cómo evolucionan los datos de la pandemia.

«Vamos por el buen camino, pero no queremos dar pasos rápidos para luego tener que dar dos hacia atrás», ha dicho Samper, que ha admitido que la Semana Santa ha ido «mejor» de lo previsto, ya que la curva de contagios no ha subido tanto como en un primer momento era de esperar.

Samper ha remarcado el buen comportamiento de la gente, que ha hecho caso de las restricciones del Govern en cuanto a la interacción social durante los días de fiesta. De todos modos, los indicadores continúan con niveles elevados en Catalunya a pesar de una cierta estabilización en los últimos días.

Las comunidades se podrán confinar a pesar de terminar el estado de alarma

Según ha asegurado la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, las comunidades autónomas se podrán confinar una vez haya caído el estado de alarma, si la situación lo requiere. Calvo ha puesto de manifiesto que las comunidades dispondrán de los mecanismos para poder cerrar perimetralmente sus territorios. Esta medida, en teoría, no se podía llevar a cabo a partir del 9 de mayo, fecha en la que desaparece el estado de alarma.

En declaraciones a Canal Sur, Calvo ha afirmado que «si el Consejo Interterritorial decide que hay alguna comunidad en situación de particular incidencia puede adoptar lo que se llama ‘acción coordinada’ que la Sala Tercera del Tribunal Supremo ha dicho que es de obligado cumplimiento». Este, según Calvo, es «un instrumento muy interesante, obligatorio, contundente y a la vez flexible», por lo que «tenemos armas jurídicas suficientes».

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