Muere a los 117 años Maria Branyas, la persona más vieja del mundo

Muere a los 117 años, en Olot, la persona más vieja del mundo, Maria Branyas

Maria Branyas, la persona más vieja del mundo y la octava más longeva de la historia, ha muerto a los 117 años en Olot, Girona, en la residencia Santa Maria del Tura, donde ha vivido durante más de dos décadas.

Su hija, Rosa Moret, había dicho que durante el último año sufría «una bajada lenta», pero que no le dolía nada porque no tenía ninguna enfermedad. Había perdido visión, oído y algo de memoria, aparte de la movilidad, porque no podía andar sola.

Branyas también era conocida por su cuenta de X, bajo el nombre de Super Àvia Catalana, donde su familia compartía reflexiones y recuerdos de su biografía. En la última publicación decía que se sentía «débil» y avisaba: «Se acerca la hora».

Además de los récords de longevidad que rompió, recogidos por la asociación Gerentology Research Group, Branyas fue también la persona mayor del mundo en superar a la Covid en el 2020, con 113 años.

Desde ahora, la persona viva de mayor edad es la japonesa Tomiko Itooka, de 116 años, seguida de la monja brasileña Inah Canabarro Lucas, a pocos días de distancia.

Además, tras su muerte, Branyas ocupará el octavo puesto en la mesa de supercentenarias –la gran mayoría son mujeres– que han traspasado en los últimos 16 años.

Muere a los 117 años Maria Branyas, la persona más vieja del mundo

Una vida de película

Maria Branyas nació el 4 de marzo de 1907 en San Francisco, en el seno de una familia de origen catalán. Su padre era un periodista de Pamplona que fue responsable de la revista americana Mercurio, y su madre era barcelonesa. Fueron a Estados Unidos por trabajo después de pasar una temporada en México.

Pero un año antes del nacimiento de Branyas, San Francisco sufrió un terremoto y un incendio devastadores, y la familia se mudó a Nueva Orleans. En un hilo en las redes, explicó cómo su madre les inculcó el valor de seguir utilizando el catalán pese a las mudanzas y las circunstancias políticas.

En 1914, en pleno estallido de la Primera Guerra Mundial, embarcaron en un barco de regreso a Catalunya.

«Llegamos en barco. Debido a la guerra, Alemania atacaba el norte y no podías atravesar los mares nórdicos, tuvimos que ir por las Azores y por Cuba.»

Poco tiempo después, su padre perdió la vida en la guerra y ella se quedó sorda de una oreja por un accidente mientras jugaba con sus hermanos.

Branyas se casó con Joan Moret, un médico de Llagostera, en 1931, y tuvieron tres hijos. Tenía 11 nietos y 11 bisnietos. Ejerció de enfermera y trabajó en la consulta de su marido hasta que él murió, en 1976.

Estudiaban su ADN

Una investigación liderada por el doctor Manel Esteller, que busca el secreto de la longevidad estudiando el ADN, contó con la participación de Branyas.

Esteller explicó por qué el suyo era un caso especial: «No ha tenido ninguna de las enfermedades propias de la edad, como las cardiovasculares, el Alzheimer o el cáncer». El doctor también subrayó que tenía «el cerebro y los vasos arteriales perfectos» y una edad biológica diez años inferior a la cronológica.

Entre los elementos que explican la longevidad, el investigador señalaba que Branyas tenía «un buen genoma, con variantes genéticas que le dan una ventaja evolutiva, como menos inflamación crónica y una buena reducción calórica», y la dieta, muy rica en yogures, por ejemplo, que explican la composición diferente de su microbioma.

También ha llevado una buena vida social, con un buen círculo familiar y de amistades, y aficiones como la música y la lectura, que han favorecido un envejecimiento saludable.