Una Policía Nacional, infiltrada tres años en movimientos sociales de Girona

Una agente de la Policía Nacional se infiltró durante tres años en movimientos sociales de Girona

Una agente de la Policía Nacional ha formado parte de espacios independentistas, antirracistas y de defensa de la vivienda de Girona y Salt durante tres años, tal y como ha avanzado La Directa. Maria Perelló Amengual -una identidad falsa- construía sus primeros círculos en mayo del 2020 en la capital gerundense, cuando sólo hacía tres meses que había llegado desde Palma.

La policía infiltrada formaba parte de la 33ª promoción de agentes y se había formado en la escuela de Ávila entre 2017 y 2018, en compañía de otros tres casos ya conocidos de infiltrados en estos movimientos sociales en Barcelona y Valencia. La joven, que según La Directa también se llama María de nombre real, estudió Criminología y Políticas Públicas de Prevención en la Universidad Pompeu Fabra antes de hacerse policía.

Desde que aterriza en Girona, la policía infiltrada se implica en los movimientos sociales participando en una movilización en defensa de los derechos de migrantes no acompañados. Incluso la chica utiliza relaciones personales con otros militantes para integrarse en estos espacios. Durante estos años, la falsa activista también llega a estar presente en una reunión con los abogados Montserrat Vinyets y Benet Salellas -diputada y ex diputado de la CUP en el Parlament de Catalunya-.

Con todo ello, Maria Perelló acaba participando en movilizaciones del Sindicato de la Vivienda de Salt, en manifestaciones contra la detención de Pablo Hasél, en actividades del Ateneo Salvadora Catà o en la Coordinadora de Feminismos 8-M de Girona, y también hace varias formaciones en la escuela Guillem Agulló de Òmnium.

La policía infiltrada abandona Girona

Hay un punto de inflexión que levanta sospechas: cuando se destapa el caso del policía infiltrado Marc Hernàndez la chica se va de Girona asegurando que su padre sufre una enfermedad.

Es a partir de ese momento cuando la policía infiltrada ya sólo mantiene comunicación en el ámbito digital y telefónico, pero nunca llega a abandonar estos movimientos. De hecho, hasta que no se ha publicado la información este jueves, la comunicación todavía se mantenía de forma intensa. Nadie entendía por qué María se había alejado de Girona y de las personas con las que había convivido en los últimos tres años.