Rusia y Ucrania lejos del alto el fuego, aunque pactan el intercambio de prisioneros

Primer cara a cara en años: Ucrania y Rusia dialogan en Estambul



El encuentro celebrado en Estambul entre las delegaciones de Ucrania y Rusia representa un punto relevante en los más de tres años de guerra que comenzaron con la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022.

Semanas después del inicio del conflicto hubo intentos de negociación, tanto en Bielorrusia como en Turquía, pero sin éxito, debido a la profunda desconfianza entre las partes. Ucrania se encontraba conmocionada por los crímenes cometidos en zonas ocupadas, como las fosas comunes halladas en Bucha, mientras que Rusia insistía en la supuesta necesidad de una “desnazificación” del país vecino.

Tensiones persistentes y sin avances clave

En este nuevo encuentro, celebrado en un palacio junto al Bósforo, no hubo gestos simbólicos como apretones de manos. El ministro turco de Exteriores, Hakan Fidan, actuó como intermediario saludando a ambas partes por separado. Las delegaciones reflejaron diferencias significativas: Ucrania envió representantes de alto nivel, como su ministro de Defensa, Rustem Umérov, mientras que Rusia estuvo representada por viceministros y asesores del Kremlin.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, propuso una reunión directa con Vladimir Putin, pero este optó por permanecer en Moscú. Esta disparidad evidenció la falta de voluntad política para alcanzar acuerdos significativos.

Único acuerdo: intercambio de prisioneros

Pese a las enormes diferencias, la reunión de apenas dos horas logró un único resultado concreto: el intercambio de 1.000 prisioneros de guerra por cada bando, el mayor hasta la fecha en el conflicto. Aunque los detalles no han sido divulgados, el éxito de esta operación podría abrir la puerta a futuras negociaciones.

La paz, aún lejana

Ucrania reiteró su petición de un alto el fuego, pero la delegación rusa evitó referirse al tema. El portavoz del Kremlin, Vladimir Medinski, indicó simplemente que habían “tomado nota” de la solicitud ucraniana de un posible encuentro entre los presidentes. En sus declaraciones posteriores, Medinski citó a Napoleón para justificar que “las guerras y las negociaciones suelen darse al mismo tiempo”, desestimando la posibilidad de una tregua previa.

Por su parte, Ucrania denunció la creciente dureza de las demandas rusas, especialmente en relación con Crimea y los territorios ocupados, como Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk, que Moscú reclama como propios.

Un futuro incierto en la mesa internacional

El conflicto ucraniano se mantendrá en la agenda de futuros foros internacionales. La posibilidad de que Donald Trump regrese al poder en Estados Unidos añade un nuevo elemento a la ecuación, ya que ha declarado que solo él y Putin podrían llegar a un acuerdo de paz, dejando fuera a Ucrania de las decisiones sobre su propio destino.

Mientras tanto, el tiempo sigue jugando a favor del Kremlin, que gana terreno en lo diplomático sembrando incertidumbre sobre quién debería liderar las negociaciones, cuándo se deberían dar y bajo qué condiciones.