Un grupito de ultras se reúnen en la huelga general de Vox contra la amnistía
No ha habido ninguna sorpresa. La huelga de Vox contra la ley de amnistía ha fracasado de forma rotunda, ya que no ha tenido seguimiento y no ha afectado al funcionamiento de ningún servicio.
La convocatoria para este viernes, hecha por el sindicato que ejerce de brazo derecho en el partido de extrema derecha Solidaridad, sólo ha reunido a un grupito de ultras ante la sede del PSOE de Ferraz, en Madrid, y algún pronunciamiento anecdótico en otros puntos del Estado.
Todo ello es la crónica de un fracaso anunciado, porque ningún otro sindicato apoyaba un paro que tiene plenamente carácter político y que, por tanto, nunca debería haberse producido. Los sindicatos mayoritarios como UGT o CCOO, de hecho, han reiterado en varias ocasiones que un paro político es ilegal, aunque el gobierno acabó aceptándolo al considerar el derecho de huelga como fundamental.
Por ese apoyo nulo es quizás que ni Vox ni su sindicato han comunicado datos de seguimiento. El resto de sindicatos y la patronal, que ya eran conscientes del fracaso de la convocatoria, tampoco participarán del recuento de trabajadores que este viernes han decidido no presentarse en el trabajo.
