Cuidadores y

Cuidadores y «kellys», desprotegidas ante la crisis del coronavirus

Las trabajadoras del hogar y las cuidadoras ya son habitualmente un colectivo que sufre invisibilidad y precariedad. Con la crisis del coronavirus, su labor ha recibido un golpe aún más duro y ahora denuncian que se encuentran en un estado de vulnerabilidad aún más crítico.

Especialmente desprotegidas han quedado las cuidadoras de personas dependientes.

Sin contratos, con condiciones y sueldos precarios y a menudo sin papeles, muchas han perdido trabajos de la noche a la mañana.

Es el caso de una cuidadora, del Sindicato de Cuidadores sin Papeles, hasta hace pocos días tenía trabajo, tres días por semana, de la hija de una profesora, pero ahora ha prescindido de sus servicios sin compensación. «Lo que ganaba lo enviaba a mi familia, a mi país, y ahora no tengo ingresos», afirma.

La otra preocupación es la salud, la propia y la de las personas que cuidan.

La exposición constante al contagio preocupa sobre todo a las internas, es decir, las que viven permanentemente al lado de una persona dependiente, también cuando las han de acompañar al médico o al hospital.

Una mujer de 73 años estuvo 15 días ingresada en el Hospital Can Ruti de Badalona, cuando ya estaba el brote de coronavirus. «Iba y volvía todos los días sin ninguna medida de protección, sin guantes, sin mascarilla», explica otra cuidadora.

Las «kellys», la mayoría despedidas

Entre estos sectores, uno de los que recibieron primero el golpe fue el de las camareras de piso, las llamadas «kellys». La frenada de la actividad hotelera se ha traducido en expedientes temporales (ERTE) para las que son plantilla de los hoteles.

Pero son una minoría. Un 70 por ciento de las llamadas «kellys» trabajan para otras empresas, de forma externalizada. Fueron las primeras en ser despedidas.

Les han pedido que cojan la baja voluntaria o las han despedido con cualquier excusa.

Esto significa que «la gran mayoría se han quedado fuera del paquete de medidas del Gobierno», ya que no han sido incluidas en ningún ERTE.

La incertidumbre, sin embargo, afecta a todas igual, sobre todo por cómo se resentirá la actividad turística una vez pase la alarma sanitaria.

Ya vemos que seguirán aplicando ERTE y las que están en plantilla también podrán ser despedidas.

Cuidadores y «kellys», desprotegidas ante la crisis del coronavirus