Sin taxistas en la mugre

Sin taxistas en la mugre

El ultraliberalismo de Uber, Free Now y Bolt, el capitalismo radical, la globalización financiera que revienta trabajadores abandonados por el Estado que salva la «economía colaborativa con paracaídas dorados».

Hartos del deterioro de las vidas de «los sin enchufe ni perspectivas». Los especuladores de Wall Street, las multinacionales que violentan nuestras costumbres y normas y revientan nuestros empleos. Esos ricos que pagan pocos impuestos.

Un mercado desregulado que hace doblar las rodillas y doblar el espinazo  por su inhumana incompetencia.

Ésta crisis se transformará en una recesión económica global con una deflación que será una Depresión con un doloroso cortejo de destrucciones sociales. La administración debe retomar su función de actor protagonico corrigiendo el mercado defectuoso.

Los logros económicos de las últimas décadas fueron producto de países que escaparon al consenso liberal desmadrado.

La clase media debe controlar el proceso económico y distribuir la riqueza a través de la fiscalidad. En un proceso de estanflacion,inflación sin crecimiento, Uber, Free Now y Bolt han puesto en funcionamiento su terapia de shock con una campaña de propaganda repitiendo hasta el cansancio que el mercado no es lo suficientemente libre.

Asistimos a la autorización a los inversores extranjeros para repatriar la totalidad de sus ganancias, se hace flexible el empleo. Se convierten en invasores. Se les deja conducir por el egoísmo y entran amablemente en el rebaño de los consumidores utilizando todo para lograr sus fines.

Mientras los medios inoculan un veneno lento defendiendo oscuramemente a la corporatocracia que se perpetúa en un sistema que no tiene piedad del que se oponga. Informes dirigidos mientras existe una aceptación tibia peor que el rechazo sin matices. Un ciudadano moderado que antepone el orden a la justicia desactiva la tensión. Porque hay más decisión de vivir que de acabar con lo más podrido y poco se crea sin rectitud moral.

Élite taxi se encuentra situado en el centro de dos fuerzas opuestas: A un lado la complacencia y al otro los bonsáis que se hacen con los árboles más hermosos.

Años de lucha contra un gigante que acecha en innumerables ámbitos con la ayuda política y económica contra un ejército de amateurs con buena voluntad que sólo les ampara la razón por la que el ser avanzó en su lucha por el bienestar y la justicia. Luchan contra unas arenas movedizas de la injusticia social que se asientan sobre la agrietada roca de la dignidad humana. Porque hay más Stalins, Bush Junior y Hitlers que Gandhis.

Porque un coche requiere dirección además de potencia también una sociedad requiere control de unas empresas libres para destrozar sectores y empleos. Y no conviene reventar lo que funciona.

Sin taxistas en la mugre