Sarek: Es hora de finalizar la política penitenciaria excepcional
Como cada año para la fiesta grande, los pro presos vascos salieron ayer a las calles. De hecho, cientos de ciudadanos se sumaron a la manifestación organizada por la Red Ciudadana. De camino a casa, exigieron, entre otras cosas, el fin de la política penitenciaria excepcional y la liberación de los presos gravemente enfermos.
Inaxio Oiarzabal, portavoz de la Red, enfatizó que los frutos del trabajo se cosecharon antes de que comenzara la manifestación. Sin embargo, dijo que queda un largo camino por recorrer antes de que los presos regresen a casa, y pidió el apoyo de la gente:
«Si queremos hacer este camino, debemos mantenernos activos, debemos seguir todos juntos en la calle». Debemos trabajar como lo hemos hecho hasta ahora».
En el camino, se dirigieron desde la Catedral del Buen Pastor hasta el muelle, guiados por Porrotx y los niños con mochilas. En el camino, los jubilados se unieron a ellos, exigiendo la liberación de los presos más mayores; trabajadores sanitarios, recordando a los enfermos; miembros del movimiento feminista y denunciando el «doble castigo» de las mujeres presas. También estuvieron presentes varios jóvenes y miembros de los piratas de San Sebastián.
Y al final, cuando llegaron al muelle, los piratas aseguraron que era hora de seguir dando pasos en verso:
«Si el camino se camina / hay que actuar / dar pequeños pasos más / vamos a llevarlo / vamos al mar». Coser la red».
En la lectura final, los integrantes de la Red Oiarzabal y Nahikari Iturbe destacaron que este es «el inicio de una nueva etapa». Se transmitieron dos demandas principales: la repatriación de todos los presos vascos y la progresión de titulaciones. Creen que el camino a recorrer en los próximos meses va en esa dirección.
«Después de todo, estamos diciendo que vamos a poner fin a la política penitenciaria excepcional que ha estado en vigor durante años».
Muchos nudos para desatar
Advirtieron que la legislación de exenciones tiene varias aristas. Y a pesar de reconocer que se han tomado medidas, todavía sienten que hay varios nudos en la política penitenciaria que desatar.
Primero, miraron a diecinueve presos vascos gravemente enfermos y hablaron con claridad para que no tuvieran que morir más, diciendo que deberían quedarse en casa. También observaron a las 29 mujeres prisioneras y condenaron su deportación y aislamiento.
En cuanto a la situación de los hijos de los presos vascos, creen que la COVID-19 ha distorsionado al primero:
La situación del COVID no ha ayudado a suavizarla; por el contrario, también ha provocado la suspensión del contacto durante un año y medio en el caso de algunos niños. También recordaron a los presos mayores. Además, solicitaron la derogación de la Ley 7/2003. Por último, se convocó a la ciudadanía a sumarse a la manifestación que tendrá lugar el próximo 23 de octubre en San Sebastián.
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