Puigdemont: «No volveré ni esposado ni rendido ante un juez español»

Puigdemont rechaza volver a España en un gesto que se vea como un aval en la política

El expresidente de la Generalitat Carlos Puigdemont quiere librar la batalla judicial en Europa «hasta el final» y no prevé ningún pacto con el gobierno español que le permita volver al país. En un vídeo difundido a través de las redes sociales, asegura que su objetivo es «volver libre».

Horas después de que el juez Pablo Llarena haya retirado la sedición de la causa contra él, Puigdemont ha rechazado ningún gesto que pueda ser visto como un aval en la política del ejecutivo de Pedro Sánchez hacia Catalunya:

«Yo no voy a avalar con mi beneficio personal una política que pretende criminalizar el anhelo de los catalanes de vivir definitivamente en un país libre. Y que nadie tenga dudas: no volveré ni esposado ni rendido ante un juez español para que sea indulgente, lucharé por volver libre»

Puigdemont ha insistido en que en ningún momento se ha guiado por «cálculos personales ni cálculos partidistas y tampoco lo hará ahora» y que no reclama a las autoridades españolas «ningún beneficio» para su situación personal. «No creo que soluciones personales sirvan para resolver el conflicto de fondo», apunta.

El expresidente de la Generalitat prioriza la batalla judicial europea, que ha dicho que se encuentra en los últimos capítulos, y se ha comprometido a librarla «hasta el final», aunque el resultado no sea el esperado:

«Asumo el riesgo que comporta que el resultado de la batalla europea no sea el esperado, pero el riesgo es mucho mayor si aceptamos la idea de que en octubre del 2017 hicimos algo diferente que el de cumplir democráticamente con nuestro compromiso y que esto merece algún tipo de condena».

Críticas a la estrategia de desjudicialización

Puigdemont ha sido muy crítico con los defensores de la reforma del Código Penal, que deroga el delito de sedición y modifica el de malversación. «Quien quería ver en los cambios legislativos una herramienta para revertir esta tendencia, se equivocaba», ha dicho en un mensaje dirigido a Esquerra:

«Hoy el Tribunal Supremo ya ha dejado clara cuál es su interpretación y cómo nos aplicarán la poco afortunada reforma del delito de malversación».

A raíz del auto de Llarena, el líder de Junts ha lamentado que «en España se hace política desde los tribunales y se cambian los actos judiciales a conveniencia sólo para conseguir una finalidad política».

Puigdemont ha recordado que, después de que Alemania aceptara extraditarlo por malversación –pero no por rebelión– en julio de 2018, el propio juez Llarena renunció a ello:

«Una justicia que primero persigue por rebelión, ahora reclamará mi detención por un delito que ella misma desestimó en Alemania hace cuatro años y medio. No es una justicia previsible, no es una justicia que pueda dar ninguna garantía de respeto a derechos fundamentales; por tanto, no es una justicia democrática».

Puigdemont, que rechaza ningún acuerdo que comporte «aceptar ser condenado por delitos supuestamente menores», como sería el de malversación, ha proclamado que no debe «permitirse ninguna condena por decisiones políticas», una opción que no garantiza ningún pacto con el gobierno español. «Queremos ganar nuestra libertad, que ninguna institución española nos va a dar», concluyó.