Los taxistas denuncian una nueva estrategia de Uber al no disponer de taxis

Los taxistas denuncian una nueva estrategia de Uber al no disponer de taxis

La compañía de transportes Uber volvió a Barcelona el pasado mes de marzo, lanzando el precio cerrado para taxis, después de haber abandonado la Ciudad Condal una vez impuesta la normativa de los VTC.

El director de Uber en España, Juan Galiardo, aseguró entonces a la prensa que, desde su vuelta, 300 taxistas se habían dado de alta en su plataforma, pero lo cierto es que Uber no contaba con ningún taxi asociado a la plataforma, tal y como comprobamos a través de la aplicación. A principios del mes de mayo en una entrevista realizado en Catalunya Radio, Galiardo subió esa cifra hasta 500, pero parecía más una estrategia de mercado que una realidad, ya que hasta esa fecha se habían dado de alta 3 vehículos, -que más tarde desaparecieron de la aplicación-.

Más tarde, el 17 de mayo llegó la pataleta de Uber. La multinacional valorada en 100.000 millones de dólares no podía luchar contra el sindicalismo del sector del taxi en Barcelona y decidió demandar a la asociación Élite Taxi y a Taxi Project ante la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) alegando un presunto boicot colectivo y competencia desleal.

Una vez más, la respuesta del taxi

En una acción sin precedentes, las asociaciones Élite Taxi BCN y Taxi Project 2.0 denunciaron el pasado 2 de junio a Uber, Cabify y Free Now, ante la Autoridad Catalana de la Competencia y ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), por presuntas prácticas colusorias, abuso de posición dominante, prácticas desleales y estrategia de precios predatorios.

Las denuncias están basadas en resoluciones de las agencias de competencia que no dejan lugar a ninguna duda y deben sancionar con hasta 10 millones de euros, tal y como marca el régimen sancionador por este tipo de infracciones tipificadas como graves.

Si la resolución de las agencias finalmente no se ajusta a derecho, las dos asociaciones ya han informado que iniciarán acciones contra los responsables legales por una posible prevaricación administrativa en el dictado de estas.

Élite Taxi sentará en el banquillo a Juan Galiardo y a Mar Alarcón

El 28 de octubre del pasado año, la Guardia Civil detuvo al ex de CDC, David Madí, junto a otras 20 personas, en el marco de la operación Voloh.

El juez mencionó en el Auto que Madí mantuvo una reunión con el Conseller de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, a la que asistieron representantes de Uber, así como con altos cargos de la consellería, lo que podría derivar en un presunto tráfico de influencias de la Generalitat de Catalunya con Uber.

La Audiencia Provincial de Barcelona ha aceptado a la asociación Élite Taxi como acusación popular en el proceso por el tráfico de influencias que se investiga, y donde presuntamente están involucradas la cúpula de Transports de la Generalitat, Uber, cuyo director es Juan Galiardo, Mar Alarcón vicepresidenta de Foment del Treball (Social Car) y David Madí, como supuesto intermediario con sueldo de Uber. Fuentes de la asociación ya han indicado que sentarán en el banquillo a Galiardo y a Alarcón.

La nueva estrategia de Uber

Parece que Uber se resiste a volver a abandonar Barcelona a pesar de no contar con taxistas que quieran colaborar con ellos.

Según nuestros informes, es prácticamente imposible contratar un taxi a través de la App de Uber. Y así nos lo ha hecho llegar a este diario la asociación Élite Taxi a través de un comunicado, en el que denuncian «los engaños de Uber en Barcelona«.

Al parecer la nueva operativa de Uber para hacerse un hueco en el mercado de la capital catalana consiste en colocar vehículos fantasmas en la aplicación.

La asociación de taxistas ha realizado un trabajo de investigación en el que detallan como están ‘invisibles’ los taxis que aparecen en la app.

Además, denuncian que en el caso de que un usuario solicite un servicio y el tiempo de espera no coincida con el de la aplicación, pueden sentirse defraudados por la marca Taxi y optar por contratar un vehículo de VTC -que en el caso de Barcelona sería de otra compañía distinta a la de Uber-.

También advierten de que en el caso de que el usuario opte por cancelar, Uber no tiene ningún inconveniente en cobrarle un importe que puede variar en función de diferentes circunstancias en concepto de cancelación de servicio lo cual tiene toda la apariencia de ser una estafa.