Greenpeace denuncia el sinsentido de los vuelos vacíos

Greenpeace denuncia el sinsentido de los vuelos vacíos

Lufthansa prevé operar, solo este invierno, unos 18.000 vuelos «innecesarios» –a menudo vacíos–, únicamente para mantener sus derechos de despegue y aterrizaje y sus franjas horarias.

Con estas cifras, reconocidas por la mayor aerolínea alemana, y un sencillo cálculo hecho con regla de tres, Greenpeace ha conseguido anotarse otro tanto y levantar una intensa polvareda en torno a un sector que supone entre el 2 y el 3% de las emisiones totales de CO2 a la atmósfera.

Así, la cuestión de si va a haber hasta 100.000 «vuelos fantasma» (lo que supondría unos 2,1 millones de toneladas de emisiones), ha forzado a pronunciarse a múltiples actores: la Comisión Europea, que directamente que existan; el gremio de pilotos, que da por bueno, en cuanto preocupante, el debate, y hasta el polémico CEO de Ryanair, Michael O’Leary, que vuelve a sorprender y esta vez se posiciona con los planteamientos de Bruselas.

El asunto de los «vuelos fantasma» (aviones que sobrevuelan Europa a menudo sin pasajeros, solo para que las aerolíneas mantengan sus derechos aeroportuarios) trae cola desde el inicio de la pandemia.

Greenpeace consiguió remover las aguas el pasado 26 de enero

Los ecologistas usaron como referencia unas declaraciones de Carsten Spohr, presidente y director ejecutivo de Lufthansa, de tres semanas atrás, en las que este se mostraba crítico con la normativa comunitaria y admitía que, solo durante el invierno, su compañía, la primera del sector en Alemania, operaría unos 18.000 trayectos innecesarios.

Asumiendo que ninguna aerolínea querría perder sus licitaciones, y basándose en la cuota de mercado de Lufthansa en Europa, el 17 %, el grupo ecologista calculó que podrían producirse hasta 100.000 de estos vuelos. Ello supondría unos 21 millones de toneladas de CO2 vertidos a la atmósfera, el equivalente a lo que emiten de media 1,4 millones de coches de gasolina o diésel en un año.

Greenpeace lanza un mensaje

Con todo, si hay que señalar, por ahora, un ganador de todo el juego descrito, ese es el grupo ecologista Greenpeace, que ha conseguido marcar la agenda de altas instituciones europeas y las aerolíneas, interviniendo en el mercado desde la trinchera de la sociedad civil y orientando el sentido del debate público.

Así, el mensaje de Herwig Schuster, portavoz de la campaña ‘Movilidad Europea para Todos’ de la veterana organización ecologista, era reproducido de forma nítida por The Guardian, y tantos otros medios después: «Las emisiones del transporte se están disparando. Sería una irresponsabilidad por parte de la UE no prohibir los vuelos de corta distancia donde haya una conexión razonable de tren».

Greenpeace denuncia el sinsentido de los vuelos vacíos