Dimite la presidenta de Hungría tras el indulto en un caso de pederastia

Dimite la presidenta de Hungría en medio de un escándalo por el indulto en un caso de pederastia

El escándalo por un indulto ha forzado a dimitir a la presidenta de Hungría, Katalin Novak, antigua ministra de Familias. El indultado era un preso cómplice de abusos sexuales a menores, que había encubierto al director de un centro de menores que abusaba de niños y se le concedió el perdón presidencial en abril, con motivo de una visita del papa Francisco a Budapest.

«Pido perdón de aquellos a los que he herido. Hoy hablo por última vez a ustedes como presidenta. Dimito de mi cargo», ha dicho Novak, quien ha admitido que ha cometido un error con el indulto.

El caso también ha arrastrado a la exministra de Justicia Judit Varga, que había firmado el indulto y debía ser la cabeza de lista del gobernante partido ultranacionalista Fidesz en las elecciones europeas de junio. Ha anunciado que se retira de la vida pública.

Ambas están muy próximas al todopoderoso primer ministro, Viktor Orbán. Eran las dos mujeres de mayor rango y poder en los sucesivos ejecutivos ultranacionalistas dominados por hombres.

Un peligro para Viktor Orbán

Este viernes unas 5.000 personas, convocadas por la oposición, exigieron la dimisión de Novak frente a la sede presidencial de Hungría. La presión política y social sobre las dos mujeres había crecido mucho en los últimos días, sobre todo cuando incluso en Fidesz empezaron a distanciarse.

Orbán propuso esta misma semana una enmienda constitucional que prohibiría en el futuro a los indultos a condenados por crímenes contra niños, algo que muchos ya interpretaron como una crítica directa a la decisión tomada por Novak y Varga.

Desde que se conocieron los detalles del escándalo, organizaciones y partidos políticos opositores pidieron la dimisión de la presidenta y también de Varga al considerar al indulto como inaceptable.

El director adjunto de un hogar infantil cerca de Budapest había intentado encubrir los abusos sexuales del director de la institución e incluso coaccionó a un menor a cambiar el testigo sobre las agresiones sufridas.

El abusador fue condenado a ocho años de cárcel, mientras que su colaborador, después indultado, recibió una sentencia de tres años de prisión.

En el 2021, el partido de Orbán aprobó una ley, criticada por la Unión Europea como homófoba, que prohíbe hablar frente a menores de edad sobre homosexualidad, a la que relaciona con la pedofilia. La aprobó gracias a una mayoría de dos tercios en el Parlamento.

Por eso, el escándalo del indulto amenazaba con echar por tierra la imagen de Orbán y su gobierno como férreos defensores de los valores cristianos tradicionales, con la familia de hombre y mujer como base de la sociedad.