Bolsonaro despide al Ministro de Sanidad y pretende abrir la economía de Brasil
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dejó claro el viernes que quiere que su nuevo ministro de salud ayude a proteger la economía del país mientras el gobierno busca frenar la propagación del nuevo coronavirus.
Nelson Teich, un oncólogo, juró como ministro de salud después de que su predecesor, Luiz Henrique Mandetta, fuera despedido por Bolsonaro, quien minimizó la amenaza de la enfermedad COVID-19.
Mandetta había obtenido apoyo para su manejo de la pandemia, que incluía la promoción de amplias medidas de aislamiento promulgadas por los gobernadores estatales.
«Esta lucha para comenzar a reabrir por negocios es un riesgo que corro», dijo Bolsonaro durante una ceremonia en el palacio presidencial en Brasilia. Si la pandemia se intensifica, dijo, “aterriza en mi regazo. Pero muchas personas son conscientes de que necesitamos abrir «.
Las recomendaciones de Mandetta habían provocado la ira de Bolsonaro, quien dijo que cerrar temporalmente la economía sería devastador. También ha descrito en repetidas ocasiones el virus como una «pequeña gripe» y promocionó la eficacia aún no probada de un medicamento contra la malaria.
Bolsonaro también dijo que recomendará reabrir las fronteras del país con Paraguay y Uruguay.
El nuevo ministro proporcionó poca evidencia de cómo gestionaría la pandemia.
No mencionó la necesidad de aislamiento durante un discurso de cinco minutos.
“El enfoque aquí está en las personas. No importa cuánto hablemos sobre la atención médica o la economía. Al final, siempre son las personas las que aportan una vida mejor a la sociedad”, dijo. “Agradezco todo lo que se ha hecho en la gestión anterior. Intentaremos continuar y agregar a lo que ya se ha hecho”.
En otra señal de que muchos gobernadores y alcaldes brasileños no atenderán las recomendaciones del presidente, el gobernador de Sao Paulo, João Doria, extendió el aislamiento en el estado más poblado y rico del país.
“Aquí basamos nuestras decisiones en la ciencia. Necesitamos evitar el colapso de nuestro sistema de atención médica”.
El impacto del nuevo ministro de salud de Brasil podría ser limitado. La Corte Suprema de Brasil ya dictaminó que los gobernadores y alcaldes pueden implementar políticas de aislamiento, lo que Bolsonaro quería mantener como un poder exclusivo de su cargo.
El predecesor de Teich había argumentado a favor de las medidas de permanencia en el hogar.
Carlos Melo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Insper en Sao Paulo, estuvo de acuerdo en que Bolsonaro corre un riesgo al cambiar su ministro de salud poco antes del pico de la pandemia en Brasil:
«Si no tenemos demasiadas muertes, Bolsonaro dirá que los gobernadores y alcaldes fueron alarmistas y destruyeron la economía, pero muchos aún elogiarán al ministro Mandetta por salvar vidas». Si muchas personas mueren, y eso parece ser lo que le espera a Brasil, Bolsonaro tendrá mucha culpa al nombrar a un ministro que no conoce el servicio público, que proviene de los negocios».
“Bolsonaro confía en que Teich no lo eclipsará. Pero le llevará tiempo adaptarse. Comenzará a trabajar con un equipo que no confía en él. Brasil perderá mucho tiempo que es fundamental para reducir el daño», dijo Melo.
«Además, el presidente tendrá aún más presión por parte de muchos de sus principales partidarios, que son hombres de negocios minoristas de segundo nivel y dependen en gran medida del retorno del negocio».
Si bien aumenta rápidamente, el número de casos confirmados de coronavirus en Brasil sigue siendo relativamente bajo en relación con la población masiva del país de 211 millones.
Brasil tiene la mayoría de los casos de América Latina, más de 33.000, y alrededor de 2.100 muertes. El pico del brote se espera en mayo.
Para la mayoría de las personas, el nuevo coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos que desaparecen en dos o tres semanas.
Para algunos, especialmente los adultos mayores y las personas con problemas de salud existentes, puede causar enfermedades más graves, como neumonía y muerte.
Tras el despido del ministro de salud el jueves, se podía escuchar a personas en edificios de apartamentos en Sao Paulo y Río de Janeiro gritando insultos a Bolsonaro desde sus ventanas.
Muestras similares de descontento regresaron el viernes cuando Teich tomó juramento.
Muchos brasileños habían aprobado las medidas del ministerio de salud para frenar la propagación del virus, y criticaron el enfoque de Bolsonaro.
El mandatario de extrema derecha indicó que ya está tomando hidroxicloroquina.
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