Ábalos cuestiona la cuantía del soborno y critica que “un millón no justifica corromperse”

Ábalos cuestiona la “escasa” cuantía atribuida en el caso y critica que alguien se corrompa por tan poco dinero

Un audio del pasado 4 de julio, en el que José Luis Ábalos conversa con Claudia Montes, conocida como Miss Asturias, muestra al exministro manifestando que un millón de euros es una cantidad insuficiente para hablar de corrupción. En la grabación, difundida por La Razón, Ábalos afirma que, si detrás de una adjudicación de 500 millones, alguien decidiera llevarse una comisión, «qué menos que el 1%». Añade que «no puede ser que alguien se corrompa por esta mierda de dinero», en referencia a la cifra que se les atribuía a él y a Koldo García.

La conversación se hace pública el mismo día en que el Tribunal Supremo envía a ambos a juicio por el denominado caso mascarillas y confirma que continuarán en prisión provisional. Paralelamente, la Guardia Civil detiene al empresario Antxon Alonso, vinculado a Santos Cerdán, dentro de la investigación sobre Leire Díez, conocida como la fontanera del PSOE.

Comentarios sobre las cifras atribuidas y alusiones a otros casos

Durante los dieciocho minutos de charla, Ábalos sostiene que en la interlocutoria judicial «ni el juez se cree» que la cantidad recibida fuera de apenas un millón de euros. Considera que, si se hubieran manipulado adjudicaciones millonarias, la comisión lógica sería mayor. Incluso compara la situación con los casos atribuidos a Convergència Democràtica de Catalunya, donde las supuestas comisiones del 3% habrían ascendido a cifras mucho más elevadas.

El exministro califica la cantidad señalada en el sumario como «ridícula» y asegura que él «no estaría en esta situación por ese dinero».

La prisión provisional y la posición de Cerdán

Ábalos también explica por qué, según él, Santos Cerdán ingresó inicialmente en la cárcel de Soto del Real. Sostiene que se le consideró «jefe» dentro de la trama debido al trato con Koldo y a sus contactos con empresas. Señala, además, que no se practicó un registro en su domicilio, lo que, a su juicio, permitió justificar un supuesto riesgo de destrucción de pruebas para ordenar su ingreso inmediato en prisión.

El exministro interpreta esta decisión como una estrategia para presionar al entorno de Cerdán con el objetivo de que finalmente proporcionara más información.