Marley contra Babilonia: el proceso de Albert A.
Cuando el Poder se aleja de la esencia del Derecho, arte de lo justo y equitativo, se adentra en el terreno de la violencia y la dominación. Es el totalitarismo. El que niega al individuo su esencia y su conciencia. Se pretende imponer el sometimiento y la jerarquía sobre la verdad, los principios y la esencia moral implícita a cualquier ser humano.
Desde el momento en el que el Poder no deja reinar la concordia ¿Quién es culpable? Los que demandan explicaciones llegaron al sector de transporte por autotaxis (721.2) saliendo de un truco de David Copperfield que incluía un elefante en una grúa que salió de la nada junto a 10.000 nuevas VTC bastardas.
La injusticia no podía ser olvidada ni silenciada. Élite lo denuncia para librarnos del servilismo a la barbarie. Nos recuerda la hostilidad entre los futuros opresores y los nuevos oprimidos.
El tiempo demuestra que quizás sólo se había construido una barrera frágil para detener el egoísmo oligopólico. El abandono del orden racional que denunciaba el taxista con Élite y Albert A. en cabeza y que encuentra la indiferencia social que acepta la barbarie. Y todo ello nos lleva a una tremenda desolación, una vida sin esperanza.
En un mundo extraño dónde gente se hace rica injustamente nos han vendido un estercolero lleno de escombros sazonados de oliente porquería cómo una especie de cristalino lago azul.
Hemos sucumbido a las amenazas a la autonomía individual y al contrato social.
La métrica liberal ha permeado todos los ámbitos de nuestra propia experiencia para atarnos a una vida moldeados al antojo tirano.
A base de normas aparentemente intranscendentes se va configurando a nuestras espaldas nuestra vida. Ahora le llaman economía «colaborativa». Como pedirle la sal a la vecina. Aquí hay «confi». Con el beneplácito de una intelectualidad que no supo defender ni sus derechos de autor ni vislumbrar el alcance de su dejadez.
Adiós a las ambigüedades propias de pensamientos flexibles que critiquen la estulticia que nos ancla a un futuro desolador de un capitalismo predatorio que olvida el desarrollo económico sostenible.
¿Qué ocurre con las libertades fundamentales que nos han arrebatado? La distracción política es cada día más evidente, mientras esa dejadez moldea el abuso.
Es tiempo de actuar y sacudirnos el estupor que nos ancla a las grandes corporaciones que han sustituido a los gobiernos.
Marley contra Babilonia: el proceso de Albert A.