El primer ministro húngaro censura los libros infantiles con contenido LGTBQ

El primer ministro húngaro censura los libros infantiles con contenido LGTBQ

Un nuevo decreto en Hungría ha ordenado a los libreros envolver los libros infantiles y medios que representen la homosexualidad en «envases cerrados».

La medida, anunciada el viernes, se produce después de que el parlamento aprobara una ley que prohíbe la exhibición de lo que denominó contenido homosexual a menores.

La nueva orden también prohíbe la exhibición pública de productos que representen o promuevan un género que se desvía del género declarado al nacer.

El gobierno de ultraderecha de Hungría, dirigido por el homófobo Viktor Orban, ha estado llevando a cabo una campaña más amplia contra la comunidad LGBT, presentándola como una lucha por los valores familiares y la protección de los niños.

Libros LGBTQ prohibidos cerca de escuelas o iglesias

La ley en sí es una medida general para prevenir la homosexualidad en la educación. El gobierno sostiene que la educación sexual debería dejarse en manos de los padres.  Una ley que los críticos acusan que combina asemejando la homosexualidad a la pedofilia.

Con este fin, la ley prohíbe la venta de cualquier libro o medio que describa relaciones entre personas del mismo sexo o cambios de género dentro de los 200 metros de cualquier escuela o iglesia. La disposición está adjunta a una ley que permite penas más severas para la pedofilia.


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La ley de la vergüenza

El primer ministro Viktor Orban ha estado en el poder desde 2010 y se enfrenta a unas elecciones posiblemente desafiantes el próximo año. Se ha vuelto cada vez más radical en la política social y sostiene que los valores cristianos están siendo atacados por el liberalismo occidental.

Miles de personas asistieron el mes pasado al Orgullo de Budapest en una demostración de desafío contra el gobierno.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha calificado la ley de «vergüenza». La Comisión Europea ha iniciado acciones legales contra Hungría, calificando la ley de discriminatoria y argumentando que contraviene los valores de tolerancia y libertad individual del bloque de 27 naciones. Algunos lo han comparado con la ley de propaganda gay de Rusia de 2013.

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