A propósito de la oligarquía de Cabify, Uber, Free now y Bolt

A propósito de la oligarquía de Cabify, Uber, Free Now y Bolt

Entre 1997 y 2021 la concentración de los monopolios se incrementa en más de un 90%. Se vuelve confuso sobre lo que es un ilegal comportamiento anticompetitivo y el legal agresivo comportamiento forzando los límites de la ley de una manera extrema. Todo a merced de la decisión de un juez que es claramente retado por las grandes corporaciones, que estrujan las leyes, buscando el resquicio para dedicarse a extraer más que aportar. De ese modo las leyes antimonopolio han sido retadas y cambiadas de su espíritu esencial mediante los nuevos casos que crean nueva jurisprudencia. Caso a caso, creando precedentes se puede afirmar que se reta a la misma democracia.

La imposición de la argumentación de la Escuela de Chicago cómo referente previene la concentración de poder y promueve la competitividad, pero deja en manos de los monopolios casi toda la economía al ser prácticamente imposible probar en la Justicia sus prácticas casi siempre cautiva a sus intereses y pocas veces a la ética del respeto más básico.

Sofisticados abogados y economistas con complicados argumentos en favor de esas corporaciones, hacen difícil demostrar lo que a simple vista es obvio.

El último ataque oligarca se empieza a desencadenar a partir de 1980. Los baby boomers no habíamos sentido esa presión. Pero es a partir de ese momento que los monopolios con su astucia, la falta de control y su dinero empiezan a ganar la partida que la llegada de Internet y ahora el Covid han consolidado. Y eso es precisamente lo opuesto a un mercado libre, por mucho que ésa sea su prédica.

Juegan con la complacencia y la falta de vigilancia y rigor de la autoridad

Cuando hay varios monopolios la táctica es «seguir al leader» en precios, y dividir los diferentes nichos de mercado para no pisarse ni debilitarse mutuamente. Así son dueños en precios y pueden, además, dirigir sutilmente al consumidor que no es consciente del manejo planificado de su vida en nombre, una vez más, del «libre mercado».

Son las fuerzas económicas del sistema las que determinan nuestras decisiones individuales de consumo y trabajo y al monopolizar las posibilidades de elección imponen precio y condiciones de servicio tal cómo intenta imponer en Bruselas Move EU, la Unión oligopólica de Uber, Free Now y Bolt. Ellos representan al movimiento de la Escuela de Chicago cómo una prédica a la libertad para imponer sus intereses en su nombre, con el poder que da el dinero a través de buenos economistas y abogados.

El tema está en que las posibilidades de elección para los consumidores quedan reducidas al mínimo porque no sólo pactan los oligarcas, también se hacen dueños de la competencia absorbiendo por diferentes medios. Así once compañías de alquiler de vehículos son realmente tres compañías dueñas de todas en EE.UU. O tres marcas de zapatos son en realidad la misma (Amazon, 6pm.com o Zappos). Las mega corporaciones crean apariencia de posibilidad de elección.

Llevamos demasiado tiempo asistiendo a la negación de la realidad de nuestros políticos quizás por su incapacidad o sus intereses y hay poderes económicos oportunistas desencadenados. Ya lo dicen los expertos:

«Vaya con la corriente de los tiempos y verá lo bien que le va, no sea que tenga que arrastrarse como los que manejamos las opiniones que lo condenan a su miseria perpetúa».

Y es que nuestros líderes tan dispuestos con soluciones para todo ya no pueden disimular que se les fue de las manos y pintan bien poco.

Este martes asistimos a una demostración de resistencia por parte de los taxistas y la Asociación Élite y Taxi Proyect. Una demostración de comprensión de la realidad cómo muy pocos han hecho. El camino es incierto en esa carretera larga y serpenteante.

Ese sendero lo guían unos pocos. Pero son el referente para que otros sigan el rumbo para que no los destrocen primero sometiéndolos a base de tretas y después, explotando o eliminando sus trabajos.

Los taxistas han dado el primer paso que otros deberían seguir al demandar explicaciones a Free Now por sus maneras monopolísticas. Los taxistas van de cara, los oligarcas se esconden.

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