La justicia francesa concede la libertad condicional a Sarkozy

Sarkozy recupera la libertad bajo control judicial tras veinte días en prisión

El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha sido autorizado a salir de prisión bajo libertad condicional, aunque continuará sujeto a medidas judiciales estrictas hasta que se resuelva el recurso de apelación previsto para marzo del próximo año. La decisión se produce después de que la Fiscalía General solicitara su excarcelación bajo control judicial.

Durante los últimos veinte días, Sarkozy había permanecido recluido en el centro penitenciario de La Santé, en París, tras ser condenado a cinco años de cárcel por conspiración y financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007. Según la investigación, el exmandatario habría recibido grandes sumas de dinero en efectivo procedentes del régimen libio de Muamar el Gadafi.

Libertad provisional y restricciones judiciales

La medida adoptada por la justicia gala tiene carácter temporal y estará vigente hasta que se analice el recurso presentado por la defensa. Mientras tanto, Sarkozy podrá permanecer fuera del penal, pero no podrá comunicarse con testigos ni con otras personas implicadas en el caso, para evitar cualquier intento de influencia o manipulación del proceso. Asimismo, se le ha prohibido abandonar el territorio francés.

La apelación de la defensa y la postura del expresidente

Los abogados del exmandatario presentaron una apelación contra la sentencia, con la intención de que su cliente no continúe en prisión hasta que se determine si la condena será confirmada o anulada. El juicio de apelación está programado para marzo de 2026.

En una comparecencia por videoconferencia, Sarkozy insistió en que “jamás aceptará” haber solicitado fondos al antiguo líder libio y calificó su estancia en prisión como “una experiencia terrible”. Reiteró además que se considera víctima de un proceso injusto.

Un expresidente marcado por la controversia

Desde su ingreso en prisión el 21 de octubre, Sarkozy ha denunciado ser víctima de un “escándalo judicial” que, según él, ha supuesto una “humillación para Francia”. El antiguo dirigente conservador se convirtió en el primer expresidente francés en cumplir condena en prisión, manteniendo siempre su negación de cualquier irregularidad y acusando a la justicia de una persecución política.

En el penal, el ex jefe del Elíseo aseguró no haber solicitado ningún privilegio especial, aunque las autoridades penitenciarias decidieron mantenerlo aislado por motivos de seguridad, una práctica habitual en el caso de figuras públicas o funcionarios de alto perfil que puedan correr riesgos dentro del entorno carcelario.