Vuelve a abrir la Sala Apolo de Barcelona, con el concierto experimental que se suspendió
Una de las principales imágenes urbanas que deja la pandemia son las colas para entrar a las puertas de comercios y clínicas de PCR.
La cola que se ha conformado este sábado en la avenida del Paralelo de Barcelona era especial por inusual.
Una serie de personas que apenas superaban la treintena esperaban para entrar en el Apolo, cerrado desde marzo por la pandemia.
De forma excepcional, el Procicat ha autorizado un ensayo clínico en forma de concierto con quinientos asistentes, organizado por el Hospital Germans Trias i Pujol en colaboración con el Primavera Sound y la Fundación Lucha contra el Sida.
Por millar de voluntarios alistados en el ensayo clínico el día comenzaba con una visita al espacio instalado por la organización en el Parque de las Tres Chimeneas, a unos metros de la sala de conciertos, para participar en el cribado.
Toma de temperatura, cambio de mascarilla, lectura del código QR identificativo en la aplicación del ensayo clínico y directos hacia una de las carpas para hacerse una prueba PCR y un test de antígenos. En poco más de quince minutos el resultado, negativo, aparecía en la aplicación.
Horas después, un SMS sirve para confirmar que se es uno de los quinientos voluntarios que pueden asistir al concierto experimental, de cinco horas de duración y sin obligación de guardar la distancia de seguridad.
Otro medio centenar de voluntarios forma parte del grupo de control del ensayo clínico, que también tendrá que someterse a un test de antígenos y una PCR una vez pasen ocho días.
Después de hacer cola a las puertas de la sala de conciertos, los asistentes se someten de nuevo a una toma de temperatura, muestran el código QR y se deben cambiar la mascarilla que llevan de casa por una FFP2 facilitada por la organización. Dentro del recinto, tres espacios bien delimitados.
En la sala principal de Apolo, uno de los espacios más concurridos, es la única zona donde está permitido consumir bebidas. Los vigilantes de seguridad intentan mantener ciertas distancias entre los grupos de amigos, aunque el ensayo ya cuenta que no se guardará ningún tipo de separación.
En la sala de abajo, un DJ no logra seducir a una gran cantidad de público, pero poco a poco comienza a llenarse la sala con el grupo leridano Renaldo & Clara.
«Estaba un poco cagada por la PCR pero estoy muy contenta de haber superado mi miedo», confiesa la cantante, que también ha pasado por las mismas pruebas clínicas y agradece a los participantes que se hayan prestado como voluntarios:
«Gracias por haber prestado sus narices y cuellos por la ciencia».
Preceden en el atípico concierto al grupo barcelonés Mujeres. Entre actuaciones, la prevención obliga a desinfectar el escenario, instrumentos incluidos.
Entre los asistentes, variedad de motivos para participar en el concierto experimental. Asiduos a la música en directo que echan de menos poder disfrutar de una actuación sin estar sentados, grupos de amigos que añoran las noches de farra a Apolo y también un sector seducido por el aliciente de recibir a cambio una entrada para un concierto del Primavera Sound del 2021, aplazado en junio con la esperanza de que la situación sanitaria se resuelva.
Porque eventos de masas como el popular festival de música o incluso el Mobile World Congress se puedan celebrar con seguridad, los tests de antígenos serán una herramienta imprescindible.
Comprobar la eficacia es uno de los principales objetivos de este ensayo clínico que trata de demostrar que los falsos negativos que puede dar esta herramienta de diagnóstico tienen una capacidad infecciosa muy limitada.
Para trazar posibles contagios, todos los asistentes estaban obligados a tener instalada la aplicación Radar Covid, si bien no se comprobaba que estuviera en funcionamiento.
El próximo domingo otra tanda de colas en el parque de las Tres Chimeneas comprobará si las previsiones del equipo médico iban bien encaminadas.
Vuelve a abrir la Sala Apolo de Barcelona, con el concierto experimental que se suspendió