Un perito defrauda 250.000 euros contratando múltiples pólizas de seguros a diferentes compañías
Agentes de los Mossos d’Esquadra han desarticulado un grupo asentado en la provincia de Barcelona por un fraude a diferentes compañías aseguradoras, que llega a más de 250.000 euros. La estafa masiva habría afectado a un total de 19 compañías aseguradoras a las que se contrataron un total de 39 pólizas de seguro.
Los agentes han detenido a siete personas y denunciado a dos más acusados de llevar a cabo el fraude. El grupo estaba formado por personas con vínculos familiares o profesionales y estaba liderado por uno de los detenidos que llegar a cobrar indemnizaciones fraudulentas por valor de más de 250.000 euros. Este hombre, que se considera el artífice del fraude desarrollaba trabajos de perito de seguros.
Un total de 19 compañías aseguradoras han sido víctimas de esta estafa a través del contrato de 39 pólizas de seguro del hogar en las que el riesgo asegurado se ubicaba en cuatro direcciones diferentes correspondientes a domicilios y locales situados en los municipios barceloneses de Canovelles, Lliçà d’Amunt , Parets del Vallès y Santa Eulalia de Ronçana.
Falsos siniestros por cobrar los seguros
Los investigados inicialmente contrataban las pólizas de seguro de forma simultánea a diferentes compañías aseguradoras, es decir un mismo hogar tenía alrededor de cinco pólizas de seguro que cubrían el mismo riesgo. A continuación causaban los daños originales que permitían comunicar el mismo siniestro a las distintas compañías aseguradoras, por lo que por cada siniestro se cobraban distintas indemnizaciones. El dinero siempre se ingresaba en cuentas bancarias a nombre de líder.
Siguiendo este mecanismo, el perito alquiló un local en Lliçà d’Amunt y a los dos meses el local lo aseguró con nueve compañías diferentes, todas las pólizas tenían la misma vigencia y constaban a nombre de la misma persona, también vinculada en la trama.
Ocho meses después de la contratación, causó un siniestro a propósito con la inundación del local y consecuentemente daños al parqué que había instalado. Ese único siniestro serviría para comunicar los daños causados a todas las compañías. Al recibir las visitas de los peritos contratados por las distintas aseguradoras, quien les atendía, normalmente era el líder del grupo investigado, manifestaba que prefería reparar los daños con profesionales de su confianza y por tanto solicitaba que los daños causados fueran indemnizados y no reparados, por lo que el grupo aportaba los mismos presupuestos y facturas, emitidos por profesionales también vinculados a la trama.
Por último, las compañías entendían que los daños habían sido reparados e ingresaban las cuantías correspondientes a las indemnizaciones otorgadas, a las cuentas corrientes que figuraban en el expediente de cada una de las compañías. Así, por estos nueve siniestros declarados fraudulentamente en Lliçà de Vall, el grupo cerca de 35.000 euros.
Esta dinámica se fue repitiendo en otros locales alquilados en Canovelles, Parets del Vallès y una vivienda también alquilada en Santa Eulàlia de Ronçana, llegando así a ingresar el total de cerca de 250.000 euros.