Trump protagoniza un caótico debate entre insultos y descalificaciones
El primer debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden se deterioró hasta convertirse en una fea muestra de desprecio el martes por la noche, cuando el presidente interrumpió y atacó implacablemente a su rival demócrata durante los enfrentamientos por la pandemia del coronavirus, la raza, la economía y el futuro de la corte suprema.
En el transcurso de una actuación de 90 minutos extraordinariamente combativa y caótica, una coda adecuada a lo que ha sido una de las campañas presidenciales más desagradables en la memoria reciente, Trump intervino con tanta frecuencia que Biden en un momento perdió la paciencia y gritó: “¿Quieres callarte?
Con solo cinco semanas para el día de las elecciones, Trump está a la zaga en las encuestas estatales nacionales y en el campo de batalla.
En medio de acusaciones de que ha manejado mal la pandemia e informes dañinos sobre sus finanzas y comentarios anteriores sobre el ejército, el debate fue quizás la mejor oportunidad de Trump hasta ahora para cambiar la dinámica de la carrera, que ha sido notablemente constante durante un verano turbulento excepcional.
Dominar la conversación parecía ser la estrategia central de Trump, pero en ocasiones regresó a los temas que ha insistido en la campaña.
Cuando Biden lo acusó de ser «el peor presidente que Estados Unidos ha tenido», Trump replicó que había hecho «más en 47 meses de lo que tú has hecho en 47 años», una acusación de la larga carrera del exvicepresidente en Washington.
Pero incluso cuando Trump intentó inmovilizar a Biden, pisoteó su propio mensaje con una asombrosa negativa a condenar el nacionalismo blanco y comprometerse con una transición pacífica del poder.
Impulsado por el moderador, Chris Wallace de Fox News, para denunciar la violencia supremacista blanca después de que dos activistas antirracistas fueran asesinados durante las protestas en Kenosha, Wisconsin, el presidente dijo «seguro» y preguntó a qué grupo debería condenar.
Biden nombró a los Proud Boys, un grupo extremista de extrema derecha.
Donald Trump no sólo no les ha condenado, sino que les ha sugerido que dieran «un paso atrás» y permanecieran «a la espera». Un lema que el grupo ha abrazado a las redes sociales minutos después.
Trump una vez más se negó a honrar los resultados de las elecciones y continuó socavando la integridad de la votación por correo, que ya está en marcha en muchos estados.
Sin pruebas, afirmó que el proceso de votación por correo, que los estados han ampliado en respuesta a la pandemia, estaba plagado de fraudes.
El primer debate tuvo lugar en Cleveland, Ohio, en el contexto de una nación en crisis: la pandemia se ha cobrado la vida de más de 204.000 estadounidenses y ha costado millones de puestos de trabajo, mientras que las protestas por la justicia racial y los desastres provocados por el clima exigen respuestas urgentes.
Si la idea del mandatario era llevar a Biden al barro, no lo ha conseguido.
Lo calificó de «payaso» -que para los estándares de respeto institucional del demócrata es incluso pasarse de la raya, pero el segundo de Obama ha eludido entrar en la pelea y la confusión en que se deleita su oponente.
Trump protagoniza un caótico debate entre insultos y descalificaciones