Rusia corta una de las principales vías para enviar gas a Europa

Rusia corta una de las principales vías para enviar gas a Europa

El gigante gasístico ruso Gazprom ha cortado el suministro de gas a Europa por el gasoducto Yamal, en concreto a través de Polonia, después de que Rusia impusiera sanciones contra la propietaria del tramo polaco, EuroPol GAZ, según ha informado en un comunicado. El gasoducto en cuestión atraviesa Polonia y llega hasta Alemania.

«De conformidad con el decreto del presidente de la Federación Rusa 252 del 3 de mayo y la resolución del gobierno 851 del 11 de mayo, se han impuesto sanciones a varias empresas extranjeras. Entre ellos se encuentra EuRoPol GAZ, propietaria del tramo polaco del gasoducto Yamal-Europa”, ha señalado el portavoz de Gazprom, Sergei Kupriánov.

Por eso, ha añadido a la cuenta de Telegram de la gasística rusa, «se ha impuesto una prohibición de transacciones y pagos a favor de personas sujetas a sanciones, lo que significa en particular para Gazprom una prohibición del uso del gasoducto propiedad de EuroPol GAZ para transportar gas ruso a través de Polonia”.

El anuncio llega el mismo día que Finlandia ha oficilizado que quiere entrar en la OTAN, movimiento que Rusia ha calificado de amenaza.

Goteo de cierres

Desde este miércoles, Rusia ya había cerrado uno de los principales gasoductos de Ucrania, por donde hasta ahora llegaba la tercera parte del gas ruso a Europa a través de ese país. La operadora del sistema de gas ucraniano (GTSOU) acusó a Moscú de haber provocado el paro del suministro a través de Sokhranivka, ya que buena parte de las instalaciones están situadas en el Donbass, territorio actualmente controlado mayoritariamente por el ejército ruso.

GTSOU hizo público un comunicado en el que decía que no podía operar en su estación de compresión de gas de Lugansk, debido a «la interferencia de las fuerzas de empleo en los procesos técnicos».

La empresa ucraniana también afirmaba que podría redirigir el gas a través del punto de interconexión de Sudzha, controlado por Ucrania, aunque Gazprom –la empresa rusa de gas– dijo que ese movimiento era «tecnológicamente imposible».

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