19 años de prisión para el sargento de la Guardia Civil que violó y obligó a abortar a su subordinada
Después de siete años, se ha celebrado el juicio contra el sargento de la Guardia Civil que violó a su subordinada y que la obligó a abortar.
En este tiempo, el sargento ha ascendido a brigada y ha seguido con normalidad su vida militar y familiar mientras la víctima estaba hundida y, encima, trabaja a pocos kilómetros de ella.
Cuatro años de acoso, miedo, vejaciones y violaciones reiteradas que sufrió una agente del Instituto Armado en el cuartel de Molina de Segura, en la Región de Murcia, desde 2011 hasta 2015. El Tribunal Militar de Cartagena ha condenado a 19 años de prisión al sargento, que sigue en libertad al no ser firme la condena, por abusar sexualmente de su subordinada, dejarla embarazada y obligarla después a abortar.
La acusación particular pedía 22 años de cárcel frente a los 15 de la Fiscalía, por acosar y violar a la víctima cuando él era su superior en el cuartel de la Guardia Civil de Molina de Segura.
Cuando la víctima recurrió a la vía judicial, tras darle la espalda la Guardia Civil, ya no podía más. El cuerpo como institución la victimizó, la única vía que quedaba era acudir a los juzgados.
En la sentencia quedan probados reiterados episodios de tocamientos y besos en contra de la voluntad de la víctima, tanto en el vestuario del cuartel como en su domicilio, así como penetraciones vaginales y bucales. Según la sentencia, el procesado, en ocasiones, seguía a la víctima a su casa al acabar el servicio; y, en el caso de que cambiara de ruta, la increpaba “a casa derecha y sin jueguecitos”.
Cuando la víctima no atendía a sus deseos, le reventaba el telefonillo “y ella le pedía que se fuese, que iba a despertar a su hijo (que tenía 11 años) y a sus vecinos”. Cuando la víctima le abría la puerta, “el sargento la violaba y rápidamente se largaba”. En abril de 2013, la obligó a salir de patrulla con él al volante. La condujo hasta un descampado, “se desabrochó el pantalón, agarró a su subordinada por la cabeza e intentó obligarla a que le practicase una felación. Como ella se resistió, el hombre le golpeó la cabeza con el volante y le mordió el cuello”.
En julio de 2012 la víctima se dio cuenta de que se había quedado embarazada y se lo comunicó al sargento, quien estaba casado y ya era padre, y la forzó a abortar. “Saca eso de ahí, no me vas a joder la vida, entérate bien”, le dijo.