Pepe Mujica deja el tratamiento contra el cáncer y pide «morir tranquilo»

José Mujica decide abandonar el tratamiento contra el cáncer de esófago

El expresidente de Uruguay, José Mujica, ha anunciado que ha decidido interrumpir el tratamiento contra el cáncer de esófago que sufre desde hace meses. Mujica, de 89 años, ha explicado que la enfermedad se ha extendido y ha pedido que lo dejen «morir tranquilo».

«El guerrero tiene el derecho a su descanso», expresó Mujica en la que ha definido como su última entrevista, concedida al medio uruguayo Búsqueda. «Quiero que me dejen tranquilo, que no me persigan con entrevistas. Mi ciclo ha terminado, me estoy muriendo», afirmó con serenidad el carismático líder.

Un adiós reflexivo

Pepe Mujica ha explicado que decidió abandonar el tratamiento porque se considera un «anciano» que lleva años enfrentándose a varias dolencias crónicas, entre ellas una enfermedad inmunológica que le impide someterse a quimioterapia o cirugía.

A pesar de la gravedad de su situación, Mujica asegura estar en paz. Está organizando los detalles de su funeral, que tendrá lugar en el pequeño terreno donde ha vivido durante décadas junto a su esposa, Lucía Topolansky. El mismo lugar fue su hogar incluso durante su presidencia (2010-2015). Su deseo es que, cuando él falte, todo quede preparado «para quien se quedará viviendo».

Un legado político y humano único

La figura de José Mujica ha trascendido las fronteras de Uruguay gracias a su estilo de vida austero y su enfoque sencillo sobre el poder. Durante su mandato, donaba el 90% de su salario presidencial a causas benéficas, lo que consolidó su imagen como un líder cercano y desinteresado.

Entre las políticas que marcaron su gestión destacan la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, la despenalización del aborto y la regulación del cannabis, medidas que lo convirtieron en un referente progresista en América Latina y el mundo.

Un compromiso inquebrantable

A pesar de su delicado estado de salud, Mujica mantiene su compromiso con la militancia. «Mientras pueda, seguiré militando», declaró en entrevistas recientes. Incluso en sus últimos meses, no dejó de hacer algunas apariciones públicas puntuales, reafirmando su vocación de servicio y lucha por el bien común.

José Mujica, conocido como «El Pepe», deja un legado que no solo abarca sus políticas innovadoras, sino también un mensaje de humildad y humanidad que resonará en generaciones futuras. Con su decisión de enfrentar la muerte de manera digna, demuestra una vez más la valentía y la sabiduría que lo han caracterizado a lo largo de su vida.