La rebelión arrasa en Colombia a pesar de la violencia policial

La rebelión arrasa en Colombia a pesar de la violencia policial

Se están produciendo protestas masivas en toda Colombia mientras la gente se mantiene firme frente a la violencia policial mortal. Desde el 28 de abril, cuando se convocó una huelga general para oponerse a las reformas fiscales profundamente regresivas propuestas, se han producido manifestaciones en todo el país contra el presidente de extrema derecha Iván Duque.

“La represión en las calles perpetuada por la fuerza policial es sistemática”, dijo al diario Liberation un joven manifestante en Colombia que quiso permanecer en el anonimato, “El ESMAD [Escuadrón Móvil Antidisturbios] junto con la Policía Nacional dispara sin remordimiento balas de goma, botes de gas y ataca a los manifestantes».

Esta es la tercera ola de protestas a nivel nacional que enfrenta el régimen anti obrero extremo de Duque desde que asumió el cargo en 2018. Cada vez que su administración ha respondido con violencia policial masiva.

Durante los primeros cinco días de protesta, las autoridades policiales colombianas, incluida la vilipendiada policía antidisturbios ESMAD, arrasaron las calles matando al menos a 18 personas. Otros 87 han desaparecido con más muertos y desaparecieron cada día.

El lunes por la noche en la ciudad de Cali, escenario de algunas de las protestas pacíficas más grandes y hogar de una gran población afrocolombiana, la policía mató a otras cinco personas cuando soldados antidisturbios respaldados por helicópteros de la policía atacaron e invadieron a manifestantes que intentaban impedirles la entrada en sus comunidades.

Las protestas actuales comenzaron como una revuelta contra el nuevo proyecto de ley de reforma fiscal contra los trabajadores de Duque, pero se han convertido en un desafío absoluto al gobierno de su corriente política de extrema derecha llamada Uribismo, que lleva el nombre del ex presidente y mecenas políticos de Duque, Álvaro Uribe.

La clave del gobierno del Uribismo son sus estrechos vínculos con los escuadrones de la muerte paramilitares que llevan a cabo un reinado de terror asesinando rutinariamente a líderes de movimientos sociales. La extrema derecha ha hecho todo lo posible para sabotear el histórico acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y el movimiento rebelde de las FARC.

Jorge Andrés Forero-González de la Coordinación Étnica Nacional de Paz (CENPAZ) dijo:

“Las manifestaciones van más allá de este gobierno, queremos ser la generación de paz que nos merecemos, y que se haga de una vez por todas con el maltrato de los malos gobiernos que históricamente nos han obligado a la guerra. Condenamos la violencia policial, manifestación de la grave crisis de legitimidad del uribismo y sus 20 años en el poder”.

La élite que tiene el poder no ha implementado las reformas estructurales necesarias para reducir la tasa de pobreza y las desigualdades. El 1% de esa élite controla más del 70% de la tierra del país.

El gobierno de Duque vendía el proyecto de ley de reforma fiscal contra los trabajadores como necesario para sacar a Colombia de una crisis económica amplificada por la pandemia de la COVID-19. La administración Duque buscó resolver la crisis de solvencia de su administración con nuevos impuestos extraídos de la clase trabajadora en lugar de las mayores fortunas.

La propuesta “Ley de Solidaridad Sostenible”, un proyecto de ley tributaria regresiva, habría obtenido la mayor parte de los nuevos ingresos de las familias trabajadoras al gravar los productos de consumo como huevos, café y leche, y servicios públicos como energía, gas, agua y alcantarillado. Simultáneamente, propuso reducir los impuestos corporativos.

La rebelión arrasa en Colombia a pesar de la violencia policial