Junts y PSC se desmarcan de sus concejales de Premià de Dalt por la contratación de Desokupa
La contratación de la empresa con vínculos nazis, Desokupa, por parte del Ayuntamiento de Premià de Dalt, liderado por Junts y con presencia del PSC, ha despertado la indignación de gran parte de la sociedad. Ante el alud de reacciones contrarias, ambos partidos han salido al paso de la polémica y se han desmarcado de sus concejales. Junts por vía de su presidenta, Laura Borràs, y el PSC, mediante un comunicado del partido.
En un tuit publicado este miércoles, Borràs ha asegurado que su formación no comparte «estas contrataciones» y ha subrayado que el compromiso de JxCat es «combatir a las mafias de ocupación ilegal», impulsando reformas desde el Parlament para acabar con estas «prácticas ilícitas».
A su vez, los socialistas del Maresme han manifestado su «rechazo absoluto» a las prácticas de desahucio «extrajudiciales» de la empresa y han dejado patente que se oponen frontalmente a cerrar cualquier trato con organizaciones como ésta. Al igual que Borràs, el PSC ha abogado por combatir el empleo con reformas legislativas y poder así «proteger a los pequeños propietarios».
A pesar de esto, tendrán que explicar a los votantes de Junts y de PSC, por que se utiliza el dinero de los contribuyentes para financiar a grupos en los que sus miembros lucen la esvástica tatuada en el brazo.
¿Actúa la extrema derecha ‘Desokupa’ en connivencia con los Mossos?
Los vínculos con la extrema derecha
Entre el historial de Desokupa hay varios miembros señalados por los vínculos con la extrema derecha. No es sólo que el líder de la empresa, Daniel Esteve, haya organizado actos con la candidata de Vox en Andalucía, Macarena Olona, o que en el 2008 fuera detenido por extorsión, detención ilegal, lesiones, vejaciones y asociación ilícita, sino que otros trabajadores que han pasado por la compañía en los últimos años -como Ernesto Navas – exponen tatuajes de simbología nazi con esvásticas en el brazo y acumula antecedentes por altercados con arma blanca e intento de homicidio.
La empresa tenía en sus filas a Joaquim B., un hombre que compaginaba su actividad de expulsar a ocupas con el tráfico de drogas. Los investigadores lo señalan como miembro de una supuesta trama de narcos dedicada al robo de droga de los contenedores que llegan al puerto de Barcelona compinchados con agentes de policía.
Los Mossos investigan a Joaquim B. por haber colocado presuntamente una pistola y un alijo de droga en el coche de un estibador al que querían incriminar para quitárselo de en medio.
Una de las otras caras conocidas de Desokupa es el búlgaro Jivko Ivanov, que su currículum incluye haber sido miembro destacado de la milicia de extrema derecha Alba Ortodoxa y simpatizante del movimiento anti-islámico europeo Stop Islamisation of Europe (SIOE).
