Jennifer Hermoso declara ante el juez este martes

Jennifer Hermoso dice al juez que el beso de Rubiales no fue consentido y recibió coacciones

La instrucción judicial del caso Rubiales en la Audiencia Nacional muy probablemente se completa este martes con la declaración de la jugadora Jennifer Hermoso ante el juez Francisco de José.

La jugadora, que llegó poco antes de las 10 de la mañana a la Audiencia Nacional, ratificó ante el juez la declaración que ya hizo ante la Fiscalía de la propia Audiencia Nacional, a principios de septiembre.

Según fuentes jurídicas, Hermoso ha reiterado que el beso fue inesperado y en ningún caso consentido, y también que después sufrió un acoso que alteró su vida.

La declaración de la jugadora ante De José ha durado más de dos horas, y ahora el juez debe decidir si llama a declarar más testigos o si da por cerrada la instrucción del caso.

«Ensuciaron mi imagen»

En la declaración de septiembre, que se filtró un mes después , Hermoso ya afirmó que el beso no había sido consentido , y que después intentaron obligarla a firmar una declaración para exculpar a Rubiales:

«Me estaban pidiendo que yo les protegiera, que yo les ayudara, pero en ningún momento sentí que me ayudaran a mí. ¿A mí quién me protegía? Ensuciaron mi imagen».

Al expresidente de la Federación Española de Fútbol, ​​Luis Rubiales, se le atribuyen un delito de agresión sexual y otro de coacciones, por los intentos de que la jugadora hiciera declaraciones públicas exculpándole.

El beso de Rubiales en la final del Mundial

Al expresidente de la Federación Española de Fútbol, ​​Luis Rubiales, se le atribuyen un delito de agresión sexual y otro de coacciones, por los intentos de que la jugadora hiciera declaraciones públicas exculpándole.

Todo empezó el 20 de agosto después de que la selección femenina española ganara el Mundial de Australia y Nueva Zelanda: en las celebraciones posteriores al campo, Rubiales besó en boca a Hermoso.

La imagen dio la vuelta al mundo, y también la indignación por lo que la mayoría de opiniones expresadas interpretaron como un abuso de poder de patrón machista.

No fue un episodio aislado: las jugadoras de la selección femenina llevaban años viviendo una situación muy complicada dentro de la federación, y en el último año una quincena de ellas se habían negado a jugar si no cambiaban el seleccionador, Jorge Vilda.