El temporal engulle el Delta del Ebro y cambia su geografía
«Emergencia total.» Con estas palabras ha definido el alcalde de Deltebre, Lluís Soler, la situación que vive el delta del Ebro a raíz de los efectos del temporal Gloria.
Se ha anegado una tercera parte de los arrozales, más de 3.000 hectáreas del margen izquierdo. Hay daños que hace tiempo que los agricultores no recuerdan.
La zona más afectada es la desembocadura, en los municipios de L’Ampolla, Deltebre y Sant Jaume d’Enveja. Los tres municipios estudian pedir de forma conjunta la declaración de zona catastrófica.
La oleada ha afectado a las playas del Fangar, Riumar y la Isla de Buda, con afectaciones graves. Y, ante San Carlos de la Rápita, han desaparecido la Barra del Trabucador y caminos agrícolas.
Que el agua del mar entre los arrozales no es un fenómeno nuevo, pero nunca se había visto con esta extensión. La pregunta, ahora, es cómo afectará la cosecha y los campos.
Para el alcalde de Deltebre, se necesitan acciones urgentes y contundentes ya que este temporal «no tiene precedentes» y la situación es «dramática de forma exponencial».
«Vivimos una situación de emergencia total. El Delta ya no está para buenas intenciones. Está para acciones contundentes y efectivas que marquen una línea en la agenda institucional de emergencia absoluta, esto es lo que los ayuntamientos del Delta y los más afectados o la mesa de Consenso debemos poner sobre la mesa de la agenda institucional».
También Joan Castor, alcalde de Sant Jaume, reclamó intervenir de urgencia para detener la regresión de este espacio natural.
La Mesa por el Delta se ha reunido de urgencia
El vicepresidente de la Comunidad de Regantes de la Izquierda y portavoz de la Mesa de Consenso, Xavi Curto, cree que el Gloria demuestra qué puede pasar si no se hace nada para proteger el Delta. «Lo que vemos que puede pasar en un espacio de decenas de años, en una noche ha pasado», ha remarcado.
Para Rafa Sánchez, experto en ecología de sistemas acuáticos y coordinador técnico de la mesa, la situación encaja con la definición de «catastrófico». En una entrevista en TV3, este especialista explicó que el levante acelera una regresión que hace años que se vive.
«El efecto es una regresión que año tras año está pasando y que, en esta situación excepcional, lleva a unos retrocesos extraordinarios. Como media, en algunos zonas es de 3,5 a 12 metros al año, pero en eventos como este encontramos que es de decenas y decenas de metros, sólo en este episodio. es muy problemático».
Sánchez recuerda que la falta de sedimentos es «un problema que tenemos sistémico desde hace 50 años, con la construcción de los embalses». Que el mar también se los lleve hace que el delta vaya desapareciendo. «Hay espacios de mucho valor natural que se ven afectados y también el cultivo del arroz, sin olvidar infraestructuras como las estaciones de bombeo, esta agua se debe bombear, no desaparece así como así», puntualiza.
Aún no se puede llegar a los puntos del Delta más afectados y eso hace temer que el área de territorio afectado se pueda incrementar considerablemente.
El temporal engulle el Delta del Ebro y cambia su geografía