El ojo externo del taxi

El ojo externo del taxi

Hay que estar muy metido en ese mundillo tan especial del taxi para intentar entenderlo.  Aunque afortunadamente mi situación me facilita hablar con muchos de sus actores y conocerlos en profundidad.

En algo nos superan a todos, tienen un instinto de supervivencia que les hace ser el sector más combativo de todos, donde hay otros buenos ejemplos.

Sin duda, en el sector del taxi existe mucho conocimiento, estrategia y fuerza, como para luchar contra poderes que parecen indestructibles y ellos nos demuestran que avanzan, donde la historia que se escribe de antemano dice que han de retroceder.

¿Es aprendizaje todo esto?. Posiblemente si, pero convicción desde luego que también y esa se tiene desde el principio. Algunos hasta el final y ese es el sector del taxi, así cada vez más la sociedad y las administraciones es como les ven o vemos.

Muchos somos los que desde fuera seguímos con interés lo que sucede, porque la sociedad necesita de pulsos reales frente a los grandes poderes.

Este mundo visto desde fuera es perfecto, conociendo lo que ni siquiera los taxistas conocen está realmente lleno de dificultades, porque sus enemigos disponen de unas capacidades económicas superiores y están perdiendo dinero en relación a las promesas que han dado a sus inversores.

En esta situación la guerra de guerrillas a través de un caballo de troya es una opción.

Apunten estos nombres, porque detrás hay mucho juego:

Jesús Ramos, Ángel Julio Mejía, Elpidio Silva, Fernando Presencia y Nacho Castillo.

De aquí nace un claro intento por detener una multitudinaria demanda, contra fuertes intereses del sector de los Vehículos de Transporte con Conductor (VTC) y plataformas como Uber, Cabify y Free Now, así como de inversores cercanos a todos ellos.

La cuestión siempre es económica, se trata de tantear al ejecutor de las demandas o al menos a quien las firma. Elpidio Silva es el caso que me ocupa, pero la solución no es sencilla, porque detrás hay unos 2.000 taxistas en los juzgados, – yo he contabilizado sobre 1.700, pero en todo caso el desajuste es lo de menos-.

¿Como poder solucionar esto?

Si la cuestión como he dicho es económica, pues se soluciona con una alternativa económica.

Creando un argumento recaudatorio a una parte de los demandantes, en este caso una prima de éxito a los de Barcelona. Aunque nunca sabremos si además de cobrarles, significaba un guiño real a quienes le tantearon desde el otro bando del taxi de, «son míos y tengo el control».

Nunca lo sabremos porque hubo una rebelión

Tito Álvarez y otros 400 taxistas de Barcelona, le dijeron oficialmente a Elpidio Silva que no le pagaban la prima de éxito y que siguiese haciendo su trabajo como debía.

Además de eso algunos de ellos han cambiado de letrado y la entrada en juego de nuevos observadores del mundo jurídico es fundamental.

Pero lógicamente existieron los daños colaterales y comenzó la guerra sucia, que el taxi internamente vive desde hace años.

El hecho de romperse la posibilidad de la compensación económica a través de una prima de éxito, en principio le obliga al abogado, a escuchar a la otra parte, a la que lo ha tanteado desde el otro bando del taxi.

Alguien puede pensar que es una afirmación gratuita, pero no lo es, porque lo primero que ocurre es que intenta dejar fuera de combate a la persona de la que nació el movimiento de las demandas, ‘Tito’ Alberto Álvarez.

Aquí nace y estalla la verdadera guerra sucia, incluso una parte de demandantes de Barcelona, que en lugar de plantar cara al abogado, decidieron abandonar las demandas, se han acabado sumando también a esa guerra sucia del taxi, donde Alberto Álvarez es el objetivo principal.

Lo que hace el abogado es dejar en indefensión a los demandantes al no disponer de apenas margen de tiempo y respuesta, para así dejar aparte a Tito Álvarez.

Alberto Álvarez consigue salvar el KO previsto por el abogado, la jugada le sale mal al letrado y esto acaba siendo un movimiento trascendental.

En este momento las demandas son observadas por más juristas y la posibilidad de maniobrar en la dirección indebida se agota, aún así suceden cosas que aún no consigo entender del todo.

No sólo se expulsa a Tito Álvarez, si no que además automáticamente caen demandas sobre él, es la respuesta a no haberlo podido dejar fuera de las demandas contra el sector VTC y a no haber podido desactivarlo desde el otro bando del taxi.

Las demandas que hay contra Alberto Álvarez personalmente me producen bastante risa y quiero imaginar que a sus letrados también.

El abogado y Alberto Álvarez estuvieron de acuerdo en una única cosa anteriormente a su enfrentamiento, el taxi necesita más mecanismos y estructuras para su defensa y ahí nace Taxi Project 2.0.

Sólo puedo decir una cosa, mucho hacen con lo poco que tienen, pero también son taxi, se rodean de profesionales de nivel y avanzan y eso en medio de esa guerra sucia que sólo conocen desde dentro o desde posiciones como la mía, pero que tiene una parte fundamental de intervención de fuera, tiene un mérito increíble bajo mi punto de vista.

Por este motivo cuanto rodea a Alberto Álvarez, se ve envuelto en polémica, porque en el otro bando del sector del taxi, el efecto es muy importante y los daños económicos también.

El problema de Alberto Álvarez es haber cometido errores, por confiar en un abogado que se supone que lo defendía a él y a todos los demás, aunque él acabo siendo el más expuesto.

Me consta por diferentes partes acreditadas, que Alberto Álvarez que vivía de sus horas al volante de un taxi, invirtió muchas horas en trabajar para la firma de Elpidio Silva abogados y eso le causó muchas perdidas al taxista y beneficio a la firma.

Muchas de esas horas y dedicación eran estratégicas porque gracias a ellas, Elpidio Silva pudo acceder a administraciones en muchos de sus ámbitos, como a ruedas de prensa, información a los medios, acceso y entrevistas con economistas, detectives, reuniones, viajes, etc.

Ese trabajo se debió reflejar correctamente, pero la firma decidió que fiscalmente le convenía más convertirlo en una comisión imaginaria, incluso con un sector diferente del taxi y de menor rendimiento económico para la firma, muy listo el letrado desde luego y una práctica que al parecer realiza con otros colaboradores.

Si después de eso suelta la documentación para ensuciar justamente al afectado por su chapuza contable que es Alberto Álvarez, significa que el nivel es muy subterráneo y sucio, es un claro detalle de la conexión de nombres que cité anteriormente, pero hay muchos más, incluso audios.

El resto de lo que se está viendo en el sector del taxi, con primeras líneas y payasadas infantiles similares que vemos en sus redes, aunque eso consigue encender ánimos y leemos muchos comentarios con actitudes amenazantes, acusatorias e insultantes, gente de muy pocos argumentos o argumentos etéreos y demagógicos.

Si acaso el error de Alberto Álvarez es de confianza y no haber dispuesto de otro asesoramiento en ese momento, diferente a la de Elpidio Silva Abogados.

Pero saldrá adelante seguro.

Nil Gallifa

El ojo externo del taxi