Desarticulado un grupo dedicado al cultivo y distribución de marihuana a gran escala
Agentes de la Policía de los Mossos d’Escuadra de la DIC han desarticulado un entramado criminal que se dedicaba al cultivo y distribución de marihuana a gran escala y que operaba, principalmente, desde Barcelona y el Vallès Oriental y el Maresme.
La investigación del caso, que ha durado casi dos años, culminó el pasado 4 de diciembre con un macrodispositivo integrado por más de 300 agentes del cuerpo de Mossos en el que se llevaron a cabo 23 entradas y registros en el Barcelonès, el Vallès Oriental, Maresme, Alt Penedès y el Baix Empordà.
El dispositivo acabó con la detención de 22 miembros de la organización y el desmantelamiento de 15 plantaciones de marihuana, además del comiso de una gran cantidad de droga, valorada aproximadamente en un millón de euros en el mercado ilícito, y la intervención de 63.000 euros en efectivo.
Los detenidos, por su presunta participación en los delitos del cultivo y tráfico de marihuana, pertenencia a organización criminal y defraudación del fluido eléctrico, son de nacionalidades española, holandesa, francesa, turca, iraní y colombiana.
Días antes del macrodispositivo policial, ya se habían podido detener tres hombres de origen chino, serbio y argentino, vinculados también a esta organización, y se habían intervenido 944 plantas de marihuana y más de 3 kilogramos de cogollos.
El grueso de la actuación policial, sin embargo, tuvo lugar con el macrodispositivo que permitió hacer 23 entradas en las localidades de Barcelona, Badalona, Polinyà, La Roca del Vallès, El Masnou, Arenys de Mar, Palamós y Olèrdola y, hasta y todo, se practicó una de las diligencias en Sant Jordi de ses Selin (Ibiza) por parte de la Guardia Civil con la colaboración de efectivos de los mossos.
El operativo permitió el desmantelamiento de quince plantaciones de marihuana, el decomiso de unas dieciséis mil plantas en diferentes estadios de crecimiento y floración, más de ciento diez kilogramos de cogollos de marihuana, más de veintiún un kilogramos de polo instalan y de hachís, así como unas doscientas cincuenta cigarrillos de marihuana y hachís, unos treinta y tres botes con aceites y resinas de hachís y entonces, además de la intervención aproximada de unos sesenta y tres mil euros en efectivo.
La droga intervenida habría podido llegar a tener un valor aproximado en el mercado ilícito de un millón de euros.
Además, se determinó que el grupo habría defraudado la energía eléctrica equivalente al consumo medio anual de 368 viviendas, un consumo superior al 3.500 kWh al año.
Una investigación policial de casi dos años
A comienzos del año 2019 la División de Investigación Criminal (DIC) del Cuerpo de Mossos recibió informaciones sobre un hombre de origen holandés, residente en Badalona, que presuntamente se dedicaba al cultivo de marihuana para luego distribuirse desde las ciudades de Barcelona y Badalona.
El conocimiento de este hecho permitió a los investigadores detectar un complejo entramado delincuencial dedicado al cultivo ilícito de marihuana y también a la producción de esquejes para su venta a otros traficantes.
Los investigadores fueron avanzando, paso a paso, en la identificación de este complejo entramado.
Así se identificó un reducido grupo de personas que colaboraban con el primer investigado desde dos inmuebles alquilados en la ciudad de Barcelona, cuya vigilancia permitió identificar otras personas que también se dedicarían al cultivo ilícito de marihuana indoor en inmuebles de las comarcas del Vallès Oriental y del Maresme.
Un entramado con dos ramas: una, en Barcelona, la otra, en el Vallès Oriental y el Maresme
La estructura inicial de Barcelona, integrada por el holandés y una pareja de españoles de origen venezolano, además de cultivar marihuana, gestionaban también asociaciones cannábicas en Barcelona, desde las que aprovechaban para llevar a cabo su actividad ilegal lícita.
Respecto a la rama del Vallès Oriental y el Maresme, sus miembros operaban desde casas unifamiliares, ubicadas en urbanizaciones poco masificadas, lo que les daba cierta clandestinidad. Sus responsables eran ciudadanos de origen iraní con nacionalidad holandesa, que mantenían encuentros en una asociación cannábica de Mataró desde donde presuntamente planificaban sus acciones.
En enero de 2020 se pudo interceptar en Vilafranca del Penedès uno de los transportes de droga de la organización, cuando los agentes detuvieron una furgoneta que contenía más de 30 kilogramos de marihuana preparada para su consumo.
Las posteriores investigaciones siguieron detectando movimientos de las dos estructuras criminales conectadas, incluso durante el estado de alarma decretado por el Gobierno del Estado a raíz de la pandemia Covid-19.
Las investigaciones, inicialmente bajo las directrices de la Fiscalía Provincial de Barcelona, también permitieron aflorar una fuente de ingresos de origen desconocido que permitía a los investigados pagar elevados alquileres de inmuebles, así como la utilización de numerosos vehículos de alquiler por largos periodos de tiempo.
Más tarde, con todos los indicios recogidos tras meses de trabajo, se hizo cargo de la investigación la titular del Juzgado de Instrucción núm. 2 de Barcelona.
No es hasta finales de noviembre de 2020 que se realizan las primeras detenciones del caso, al detectar que algunos de los investigados estarían a punto de hacer la recogida de una de las plantaciones en Rubí.
La actuación policial supuso la detención de tres hombres de origen chino, serbio y argentino, la intervención de 944 plantas y de más de 3 kilogramos de cogollos. Días después, tuvo lugar la culminación del caso con el macrodispositivo del 4 de diciembre en la que se practicaron 23 entradas y registros y con el que se dio por desmantelado el entramado criminal.
Los detenidos, al pasar a disposición judicial, quedaron en libertad con medidas cautelares.
Desarticulado un grupo dedicado al cultivo y distribución de marihuana a gran escala