Comisiones millonarias y cuentas en Suiza: los negocios opacos de Juan Carlos I

Comisiones millonarias y cuentas en Suiza: los negocios opacos de Juan Carlos I

Presuntas comisiones millonarias, cuentas en Suiza y posible blanqueo de capitales.

Las informaciones acerca de los negocios opacos de Juan Carlos I han sido constantes en los últimos meses y han precipitado la salida de España del rey emérito.

Noticias que se han traducido en investigaciones por parte de la Fiscalía del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y de la justicia suiza y que han puesto sobre la mesa el debate sobre la inviolabilidad del monarca, un supuesto sobre el que el Gobierno se ha pronunciado, dejando la puerta abierta a esa posibilidad.

Donación de la familia real saudí

La principal sospecha en torno a los negocios de Juan Carlos es el presunto pago de unos 100 millones de dólares como comisión por la adjudicación del AVE a La Meca a un consorcio de empresas españolas, operación en la que el rey emérito habría intercedido debido a su cercanía a la familia real de Arabia Saudí.

Según las informaciones, Juan Carlos pidió al gestor financiero suizo Arturo Fasana y al abogado Dante Canónica la creación de una «estructura» para transferir una «importante donación» del rey de Arabia Saudí.

Así se desprende de la declaración ante el fiscal suizo Yves Bertossa de Dante Canónica, quien aseguró que la reunión con el rey emérito tuvo lugar en Zarzuela a finales de 2007 o principios de 2008.

Esa donación se habría canalizado a través de la Fundación Lucum, una estructura offshore radicada en Panamá, en la que Juan Carlos I aparece como primer beneficiario y Felipe VI como segundo.

Según un documento publicado por El Confidencial, Lucum fue constituida para que sirviera de pantalla de una cuenta en el banco suizo Mirabaud, en la que en 2008 se ingresó una donación de 64.884.405 euros efectuada por el rey Abdalá de Arabia Saudí -fallecido en 2015- en favor del entonces monarca español.

Transferencia a Corinna Larsen

Sin embargo, con la aprobación en 2012 de la amnistía fiscal en España, la banca Mirabaud obligó a Juan Carlos I a cancelar su cuenta, lo que coincidió con la trascendencia pública que tuvo la cacería de elefantes en Botsuana, por la que el monarca tuvo que pedir perdón.

Esto habría movido a Juan Carlos I a transferir los 64,8 millones de euros a una cuenta de su amiga Corinna Larsen en el paraíso fiscal de las Bahamas.

En diciembre de 2018, Larsen aseguró al fiscal suizo, según publicó El País, que el rey emérito le traspasó el dinero no para desahacerse del mismo sino como un «regalo» por «gratitud y amor» y con el fin de «garantizar su futuro y el de sus hijos».

La investigación de la Fiscalía del Cantón suizo de Ginebra investiga precisamente la procedencia de ese dinero y si Corinna Larsen cometió blanqueo de capitales. Su origen está en las conversaciones grabadas en Londres en 2015 por el comisario José Manuel Villarejo a la empresaria, quien atribuía al monarca el cobro de comisiones y el uso de testaferros -como su primo Álvaro de Orleans y Borbón- para ocultar cuentas en Suiza.

Cuando en el verano de 2018 estas conversaciones -en las que también estaba presente el empresario José Manuel Villalonga- salieron a la luz, la justicia española inició una investigación, que inicialmente se cerró a instancias del juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea, debido a la inviolabilidad de la que gozaba el monarca en el momento de los hechos por ser jefe de Estado y a la falta de pruebas.

La Audiencia Nacional reabre la causa

Pero la causa se ha vuelto a reabrir recientemente a petición del magistrado Manuel García Castellón, quien ha citado a Corinna Larsen y a Villarejo a declarar en septiembre acerca de la veracidad del contenido de dichas grabaciones.

También la Fiscalía del Supremo está investigando los hechos, para delimitar o descartar su relevancia penal y si sucedieron después de la abdicación de don Juan Carlos en 2014, fecha hasta la cual mantuvo la inviolabilidad.

Otra investigación periodística ha revelado recientemente que Juan Carlos I introdujo durante años miles de euros en metálico procedentes de Suiza a través de los controles del aeropuerto de Barajas.

Nuevamente el abogado Dante Canónica aparece en los documentos publicados por El Confidencial como el colaborador del rey emérito a la hora de desplazar cantidades de entre 200.000 y 300.000 euros, que se habrían utilizado entre 2008 y 2012 para gastos no declarados de la familia real.

Remesas que, según esta información, no consta que fuera declaradas a la Agencia Tributaria, pese a que ley prohíbe introducir en España más de 10.000 euros en efectivo procedentes de un país ajeno a la UE sin una declaración de su origen.

Habrá que esperar si las pruebas son suficientes para apreciar delito en estos hechos y qué responsabilidad tiene el rey emérito, habida cuenta de que muchos de ellos se produjeron durante su etapa como jefe de Estado, lo que conlleva su inviolabilidad.

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