42 ciudades se alían en Barcelona para hacer frente a las plataformas digitales como Uber y Airbnb
Durante la Sharing Cities Summit 2018 que se celebra en Barcelona entre el 12 y 15 de noviembre, 42 ciudades de todo el mundo, como Amsterdam, Barcelona, Lisboa, Madrid, Montreal, Nueva York, París, Sao Paulo, Seúl, Milán o Viena.
Han suscrito la Declaración de Principios y Compromisos de las Ciudades Colaborativas para reivindicar la soberanía de las ciudades y hacer frente común a la hora de negociar con las grandes plataformas digitales.
Esto genera un impacto negativo con su actividad económica, como se ha hecho evidente con ejemplos como Airbnb o Uber.
De estas 42 ciudades se alían en Barcelona, 31 ya la han suscrito explícitamente y el resto se encuentran en proceso de validación interna.
En diez puntos, la declaración fija los principios y compromisos de las ciudades para hacer frente a los impactos disruptivos de las nuevas plataformas digitales.
A la vez, reconoce y propone aprovechar las oportunidades de crecimiento económico e innovación que plantean los modelos más responsables.
Por otra parte, durante el encuentro los representantes de las ciudades también han debatido sobre cómo promover y compartir modelos socialmente responsables de la economía colaborativa.
El primer teniente de alcaldía de Barcelona, Gerardo Pisarello, destacó que esta alianza “supone un sindicalismo municipalista en defensa de la economía colaborativa“.
La Declaración se ha suscrito en el marco de la Sharing Cities Summit 2018, organizada por el Ayuntamiento de Barcelona y la Universidad Abierta Cataluña (UOC).
Dentro del Smart City Expo World Congress, y que llega después de las dos ediciones anteriores celebradas en Nueva York (2017) y Amsterdam (2016).
En 10 puntos, la declaración fija los principios y compromisos de las ciudades para hacer frente a los impactos disruptivos de las nuevas plataformas digitales.
A la vez, reconoce y propone aprovechar las oportunidades de crecimiento económico e innovación que plantean los modelos más responsables.
La economía de plataforma -organizada en torno a «comunidades» de usuarios que colaboran entre ellas a través de una plataforma digital- está creciendo de forma rápida y exponencial.
Se ha convertido en una de las principales prioridades los gobiernos de todo el mundo, debido al fuerte impacto que tienen sobre la vida y el desarrollo económico de las ciudades.
Los criterios de distinción entre los dos modelos existentes de plataforma son el impacto global que tienen sobre la ciudad, el modelo de gobernanza, la política de datos y el uso de tecnologías abiertas, y su responsabilidad social y ambiental.
La Declaración
Esta declaración de Barcelona, es fruto del trabajo y la colaboración establecida entre las ciudades, es particularmente relevante en reivindicar la soberanía de las ciudades a la hora de entrar en negociaciones con las plataformas digitales.
Reclaman que se garanticen y respeten las normas locales y el marco legal existente, incluidas las normativas fiscales que garanticen igualdad de condiciones de juego para todos.
Las 42 ciudades proponen establecer marcos de negociación comunes ante las grandes plataformas
Exigir transparencia en el uso de los datos y promover protocolos digitales para garantizar el cumplimiento del marco normativo de cada ciudad.
Asimismo, defienden la necesidad de compartir instrumentos, herramientas y mecanismos de inspección para ser más efectivos ante estos modelos.
A la vez, trabajar conjuntamente, como lobby, para promover los cambios normativos que sean necesarios a nivel nacional o europeo.
También hace una serie de propuestas para regular la parte tecnológica y el uso de los datos, con el objetivo de garantizar la privacidad y los derechos de las personas usuarias de las plataformas.
Además de fomentar que las ciudades tengan acceso a los datos para poder hacer políticas públicas.
En cuanto al modelo laboral, defiende la necesidad de modelos de contratación
Modelos que sean justos e inclusivos para garantizar los derechos de los trabajadores y evitar situaciones de explotación laboral.
A la vez, diferencia este modelo de plataformas de las que sí tienen impactos positivos en las ciudades y que están basadas en una economía colaborativa real.
En este caso, se trata de modelos de innovación que suponen una gran oportunidad para crear una economía urbana más inclusiva, participativa y diversa.
Coinciden en que esta nueva economía fácilmente se puede alinear con los intereses de las ciudades para promover la calidad de vida. Existen modelos de éxito que son socialmente responsables.
Barcelona, referencia mundial
Barcelona es una referencia mundial en modelos socialmente responsables de la economía de plataforma.
Así lo demuestra el reciente trabajo de investigación del grupo de investigación Dimmons de la UOC, publicado con ocasión de la cumbre.
Identifica y analiza 100 plataformas en Barcelona que tienen un enfoque socialmente responsable y que son una muestra positiva de nuevas maneras de interacción entre la ciudadanía para autoorganizarse y generar crecimiento económico.
En este sentido, en la Declaración las ciudades abogan por promover el desarrollo de los ecosistemas económicos locales basados en modelos colaborativos.
Especialmente, de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), que tienen un impacto positivo en las ciudades.
Defienden hacer políticas públicas de apoyo a esta nueva economía mediante programas de apoyo a la emprendeduría, herramientas participativas, financiación u otras herramientas de promoción.
Cabe destacar que la Declaración va acompañada de un plan de acciones para implementar los principios consensuados durante el próximo año.
Este plan prevé establecer una oficina con sede en Barcelona desde donde, durante un año, las ciudades podrán compartir información, estrategias y marcos de negociación comunes.
Estará ubicada en el nuevo equipamiento de Barcelona Activa (Innobo) dedicado a la innovación socioeconómica que abrirá sus puertas el próximo 28 de noviembre.
42 ciudades se alían en Barcelona contra Uber