El Grupo Palacios ha anunciado la retirada de su tortilla de patatas por su posible relación con cuatro casos de botulismo confirmados y otros dos probables que se han detectado. La marca pide a los consumidores que hayan adquirido este producto que no lo consuman y lo devuelvan al establecimiento donde lo compraron. En un comunicado, la empresa explica que ha tomado esta decisión por «precaución» y que detendrá por ahora su fabricación, en la planta de Mudrián (Segovia).
Asimismo, Palacios señala que las instalaciones de la empresa se inspeccionaron en cuatro ocasiones y los resultados fueron favorables. La tortilla se ha distribuido bajo el paraguas de la marca Palacios, y también como producto propio de los supermercados Alipende, Ametller, Auchan, Carrefour, Consum, Condis, Chef Select (Lidl), DIA, Eroski, El Corte Inglés, Grupo IFA, Rikissimo y Unide.
No hay evidencia causa efecto entre el producto y la toxina
La empresa se ha remitido también a una nota de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en la que señala que “no se ha podido establecer una evidencia, ni en los productos ni en los procesos, que relacionen causa efecto ” con los casos confirmados de botulismo.
En un comunicado, Palacios asegura que de forma regular realiza análisis de control para detectar la posible presencia de toxina botulínica y que forman parte del proceso para “reforzar la seguridad de sus productos” y “sin que en ningún caso se haya detectado el patógeno, ni sus toxinas, en ninguno de sus productos”.
¿Qué es el botulismo?
El botulismo es una enfermedad poco frecuente pero grave. La causa la toxina botulínica, producida por la bacteria Clostridium botulinum. La forma más común de la enfermedad es la transmisión alimentaria, por ingestión de la toxina presente en alimentos contaminados.
Los síntomas a menudo aparecen entre las 12 y 36 horas después de consumir los alimentos contaminados con la toxina, e incluyen fatiga intensa, debilidad y vértigo, seguidos generalmente por visión borrosa, sequedad de boca y dificultad para tragar y hablar. También se pueden producir vómitos, diarrea, estreñimiento y distensión abdominal.
El botulismo es una enfermedad de declaración obligatoria. Esto significa que los médicos deben notificarlo a los servicios de vigilancia epidemiológica e indicar su posible origen alimentario para que se pueda iniciar una investigación y la retirada del mercado de los alimentos que puedan estar relacionados.