¿Prepara Aznar una sorpresa a Pedro Sánchez?
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La nueva estrella del firmamento neoliberal español, Isabel Díaz Ayuso estaría afectada por la “enfermedad del poder o sindrome de hydris” citado por el médico y político inglés David Owen en su obra “The Hybris Syndrome: Busch, Blair ant the Intoxication of Power”, término que procede de la palabra griega “hybris” y que significa desmesura, por lo que no cejará en su utopía de defenestrar a Casado de la Presidencia del PP.
La utopía así concebida sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (en el camino está la meta), siendo preciso transitar por la senda marcada por il poverello d´Assisi: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.
Para entender el fenómeno Ayuso, habría que recurrir a Edward L. Bernays quien en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento.
Así, según L. Bernays, “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”, por lo que la propaganda de Ayuso estará dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta.
El pensamiento de Ayuso sería rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción y sufre de un delirio de grandeza que provoca que “el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (Derrotar al Socialismo).
Asimismo poseería un ADN dotado de la triple enzima tardofranquista (autocracia, instauración del paraíso neoliberal y retorno al “pensamiento único heteropatriarcal”) y perseguiría la instauración de una democracia no liberal siguiendo la estela de Orbán.
La democracia no liberal o autocracia blanda seria una especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal) que partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista con claros tintes totalitarios (centralista, heteropatriarcal e inflexible).
Ayuso se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional y como en el caso de Trump, sus controvertidas decisiones y manifestaciones rozarían la megalomanía, “entendido como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (ser la némesis de Pedro Sánchez ), apostando en el entreacto por la economía en detrimento de la salud.
Tras la presentación por PSOE y Cs de una moción de censura contra el Presidente de Murcia, el popular López Miras, Ayuso se vio obligada a revisar su actual estrategia e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente en el “uso de comportamiento cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta” y que tuvo su plasmación en la convocatoria de Elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid.
Asimismo, la inteligencia mediática se distingue por “una extraordinaria capacidad para encontrar las debilidades ajenas y utilizarlas en beneficio propio así como de realizar acciones complejas que pueden no ser entendidas en un principio por sus votantes pues sus metas se proyectan hacia un futuro mediato” (Presidenta del PP).
El primer paso de la hoja de ruta diseñada por su asesor, el ínclito MAR, fue lograr la mayoría en las elecciones madrileñas a la espera de realizar su sueño secreto: (vencer a Pedro Sánchez en las próximas Elecciones Generales del 2023), tras lo que asistiremos a un golpe de mano contra Casado tras la previsible elección de Díaz Ayuso como Presidenta del PP en la Comunidad Madrileña prevista para la primavera del 2022.
Dicha trama endógena habría ya recibido el visto bueno de Aznar y de la Fundación FAES y consistiría en la reprobación de Casado como líder del PP y la posterior convocatoria de unas Primarias exprés de las que podría surgir Ayuso como candidata del PP a las Generales del 2023.
Caso de superar dichos escollos, la estrategia electoral de Ayuso se basará en la defensa a ultranza de la sacrosanta unidad de España y la exportación del modelo neoliberal al conjunto del Estado o “patio trasero madrileño”.
Asimismo, enarbolará la bandera de las libertades individuales frente al “Estado Totalitario Socialista” en la creencia de que el electorado derechista primará “la España libre y moderna” ayusiana frente al vértigo de “la España rota y comunista” de Sánchez y en la esperanza de lograr la mayoría necesaria en las Generales para formar un Gobierno con Vox, hito que marcaría el final de la sui generis democracia formal española y su sustitución por una democracia no liberal orbaniana que pivotaría en la órbita del llamado Grupo de Visegrado.
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