Netanyahu dejó de cortar el césped en Gaza para poder luego arrasarla, teniendo a Hamas como tonto útil. Así, tras el 8 de octubre, Netanyahu y el Ejército Israelí adoptaron la política «de tierra quemada», consistente en arrasar todo Gaza, hacer salir a Hamas de sus madrigueras y proceder a la limpieza étnica, obligando a 1,5 millones de gazatíes a asentarse en la Península egipcia del Sinaí.
En este contexto, el gabinete de seguridad de Israel aprobó por unanimidad la «Operación Carros de Gedeón» para culminar la toma total de la Franja de Gaza y el medio israelí, Kan 11, informó que «el plan incluía evacuar a los civiles palestinos del norte y centro de Gaza antes de las operaciones ampliadas en esas áreas».
El objetivo final de dicha operación militar sería el confinamiento forzoso de la población gazatí en Rafah como medida de presión para que Egipto abra su frontera y los palestinos queden asentados en la Península del Sinaí y en Libia, tras lo cual Israel procedería a la Declaración unilateral de la soberanía sobre Gaza y sus zonas marítimas.
Si Europa y EEUU no lo impiden, tras el Genocidio de Gaza por Israel, asistiremos a una nueva Nakba que podría borrar a Palestina de la faz de la Tierra.