Marchena niega que el Supremo sólo aprenda cuando Estrasburgo le da un revolcón

Marchena niega que el Supremo sólo aprenda cuando Estrasburgo le da un revolcón



El presidente de la sala penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, recordó este jueves que según las estadísticas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) España «es el país menos condenado» de los 47 que conforman el Consejo de Europa en los últimos 40 años. «Estos son datos estadísticos, está clarísimo que esta idea tantas veces repetidas de que el Supremo sólo aprende cuando le da un revolcón Estrasburgo es falso», señaló.

Así respondía al ser preguntado por la resolución de la Justicia europea relativa a la inmunidad de Carles Puigdemont en el que se advertía que el procedimiento penal, incluidas las órdenes de detención, quedaban suspendidas hasta que hubiera respuesta a la cuestión prejudicial planteada por el instructor Pablo Llarena.

«¿Que nos equivocamos? Pues claro, sólo faltaría», indicó, para después apostillar que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea lo que hace es resolver una duda a través de una cuestión prejudicial. «Después las respuestas del tribunal europeo no están en términos de derrota, no dictamina a favor o en contra, sólo explica», indicó.

Con todo, recordó que la respuesta del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) sobre Puigdemont se encuadra en el marco de la fase de investigación, que tiene un protagonista -por Llarena-, por lo que pronunciarse sobre este asunto «sería una osadía». Pero ha incidido en que la idea repetida una y otra vez de que la justicia española está permanentemente desautorizada por Europa es falsa.

Por otra parte, Marchena se ha referido durante su conferencia en el Instituto de Emprendimiento Avanzado, que ha versado sobre la necesidad o no de mantener la acción popular y sobre si es más un remedio que un problema, que él aplaude la acción popular cuando sirve de control de cualquier «tentación abstencionista» del poder público, pero se ha mostrado contrario cuando se usa como «instrumento para trasladar la contienda política al proceso penal».

Marchena niega que el Supremo sólo aprenda cuando Estrasburgo le da un revolcón