Macron visita Israel con la intención de reanudar un «verdadero acuerdo de paz»
Emmanuel Macron dijo hace una semana que no viajaría a Israel si no era para algo útil. Lo decía después de que el martes fuera Olaf Scholz, el miércoles aterrizara Joe Biden y el jueves, el premier británico, Rishi Sunak.
En su visita el presidente francés debe hacer muchos equilibrios: contener las sensibilidades judías y musulmanas de dentro de Francia, asegurarse de que la mediación a través de Egipto podía conseguir la liberación de alguno de los siete rehenes franco-israelíes aún en manos de Hamás y presentar un mensaje de cara al futuro. Y parece que ese momento ha llegado.
Macron ha aterrizado temprano y ya se ha visto con familiares de rehenes de nacionalidad francesa y de Mia Shem, la chica de la que Hamas hizo público un vídeo como prueba de vida.
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El presidente francés también debe verse con el primer ministro Benjamin Netanyahu en Tel Aviv para mostrarle la «más completa solidaridad con el estado hebreo».
El Elíseo ha confirmado que visitará Ramala, y los medios franceses no descartan que también pueda ir a El Cairo, a Ammán o a Doha.
Porque la aportación en la crisis que ha avanzado la presidencia francesa es que Macron va a Oriente Próximo con el mensaje de que hay que «reanudar un verdadero proceso de paz» que incluya la solución de ambos estados, lo que conlleva «el fin de la colonización» en Cisjordania». En sí mismo una novedad, después de dos semanas en las que el estado francés ha tenido una política claramente alineada junto a Israel, que le ha costado duras críticas políticas.
