Macron se niega a nombrar un gobierno del Nuevo Frente Popular

La izquierda francesa reclama formar gobierno y convoca manifestaciones contra Macron

El bloqueo político e institucional de Francia parece enredarse cada vez más, después de que Emmanuel Macron no haya querido nombrar a la candidata de la izquierda, Lucie Castets, como primera ministra.

Asegura que el resto de fuerzas políticas le habían anunciado que la harían caer con una moción de censura al día siguiente de tomar posesión. Y, en aras de la estabilidad, ha renunciado a tomar la decisión que parecía más previsible y, de entrada, democráticamente más lógica.

La búsqueda de una mayoría «sin los extremos»

Ahora, ha anunciado una segunda tanda de conversaciones con las fuerzas políticas . Dice que tiene la puerta abierta para aquellos que «piensen en el interés superior del país» y excluye, ya de entrada, tanto el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen como La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon.

Ahora bien, la negativa a nombrar a Castets ha hecho que los socialistas y los ecologistas ya hayan renunciado también a «participar en el circo de las consultas».

Macron toma la decisión porque el programa del Nuevo Frente Popular incluye algunas líneas rojas para él, como la derogación de la polémica reforma de las jubilaciones, de 62 a 64 años.

Los candidatos a primer ministro

Todo el mundo se pregunta qué hará Macron. No hay ninguna ley que le obligue a nombrar al primer ministro en un tiempo determinado. Puede ir haciendo, con el gobierno dimisionario de Attal. Pero esto no hará más que deteriorar el escenario político francés.

El presidente podría explorar algún perfil técnico, al estilo que se hizo en Italia con Mario Draghi. Se ha hablado del presidente del Tribunal de Cuentas, Didier Migaud, o el excomisario europeo Pierre Moscovici.

El casting también incluye a políticos moderados que podrían ser aceptables desde la izquierda hasta la derecha republicana. Se habla, entre otros, de Bernard Cazeneuve, que ya fue primer ministro con François Hollande, un socialdemócrata que podría contar con el apoyo del Partido Socialista.

O también algunos representantes del ala más centrista de los Republicanos, como la presidenta de la región de la Isla de Francia, Valérie Pécresse, o el de los Altos de Francia, Xavier Bertrand.

Las salidas más extremas a la crisis

Si no lo logra, Macron se verá abocado, con esa decisión de disolver la Asamblea Nacional tras su fracaso en las elecciones europeas, a un laberinto con salidas cada vez más enrevesadas.

No puede volver a poner la decisión en manos de los ciudadanos, con unas elecciones legislativas, porque debe pasar un año entre dos convocatorias. Y si se precipitara su dimisión, desencadenando el relevo a la presidencia no resolvería el problema, porque la composición de la Asamblea seguiría siendo la misma.