Israel, Joe Biden y CNN difunden la fake de los bebés decapitados
El martes, 10 de octubre, la crónica de un canal de noticias israelí, I24 NEWS, era la primera en lanzar la información que una cuarentena de niños y bebés habrían sido decapitados por milicianos de Hamás en el kibutz de Kfar Azza. Nicole Zedek forma parte de un grupo de periodistas que el ejército israelí había conducido hasta allí:
I24 journalist says that beheaded babies have been found following Hamas attacks pic.twitter.com/FWDZtimZju
— Faytuks News Δ (@Faytuks) October 10, 2023
La fuente que menciona la periodista para acreditar esta aberración es «some soldiers», «algunos soldados» que han recorrido los quibuts. Ella no ha visto ninguna prueba de lo que explica ni tiene la información confirmada oficialmente por el ejército.
Como muestra de la poca concreción y la confusión de la información en ese momento, en la crónica de la CNN, desde el mismo lugar, Nic Robertson menciona que hay muchas víctimas y asegura que hay «cabezas cortadas» sin concretar de quién son:
Nic Robertson from CNN, who is on site of recently liberated Kafr Aza, corroborates the heinous crimes committed by Palestinian terrorists. #KafrAza #Israel #HamasISIS pic.twitter.com/tckt70d8o8
— (((Tendar))) (@Tendar) October 10, 2023
Minutos después de subir a X, el vídeo de Nicole Zedek circula a toda velocidad. Miles y miles de retuits y visualizaciones instalan el nuevo marco: Hamás, además de masacrar a civiles, se ceba hasta el punto de decapitar a niños. Esto retrotrae a los momentos más duros de Estado Islámico, cuando decapitaba occidentales, lo grababa y lo difundía por todas partes.
En plena explosión de la bomba desinformativa, la agencia turca Anadolu se toma la molestia de pedir una confirmación oficial al ejército israelí. Que no lo confirma:
#BREAKING Israeli army tells Anadolu that they have no information confirming allegations that ‘Hamas beheaded babies’ pic.twitter.com/fQJA7ui9bE
— Anadolu English (@anadoluagency) October 10, 2023
Horas después, las dudas crecen cuando ni siquiera el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, avala la historia de las decapitaciones de niños. En una llamada con Joe Biden, enumera las atrocidades que han presenciado a sus soldados. Menciona la muerte de niños y bebés pero sólo habla de «soldados decapitados»:
Video released of Israeli prime minister Netanyahu’s phone call with Joe Biden.
In the footage, Benjamin Netanyahu thanks the president of the US for his support of Israel.
Read more ⬇️https://t.co/5uNaCxAtAT pic.twitter.com/oaMEZ5Gk3a
— Sky News (@SkyNews) October 10, 2023
Sin embargo, la berrea sigue circulando en las redes sociales, donde da pie a llamadas a contraatacar con toda la fuerza que sea necesaria contra los responsables que, por extensión, a menudo son «los palestinos» y no sólo Hamás.
Las horas pasan y con la duda aún en el aire, nada menos que la CNN asegura que tiene confirmado que «bebés fueron decapitados» en los kibutces de Kfar Azza.
Babies and toddlers were found with their «heads decapitated» in Kfar Aza in southern Israel after Hamas’ attacks in the kibbutz over the weekend, a spokesperson for Israel’s prime minister says.
Follow live updates: https://t.co/cGoa4AQzL6 pic.twitter.com/ukvKfeGeFp
— CNN (@CNN) October 11, 2023
La fuente de esta noticia es simplemente un portavoz no identificado de la oficina del primer ministro israelí. En un contexto de guerra, considerar al portavoz del ejército que está siendo atacado como una fuente fiable puede generar, al menos, dudas.
Pero la narrativa recibe un nuevo impulso, esta vez nada menos que de parte del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien asegura que nunca habría pensado que vería a bebés decapitados:
Biden says he is outraged by Saturday’s attack during which terrorists beheaded children in Israel pic.twitter.com/hWOPxW7Bs0
— Visegrád 24 (@visegrad24) October 11, 2023
Biden, por tanto, da a entender que ha visto las pruebas de la salvajada. Sería la primera confirmación oficial de una fuente con nombres y apellidos: Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Sin embargo, pocas horas después, la Casa Blanca debe rectificar.
A preguntas de The Washington Post, explica que Biden no ha visto ninguna prueba y que Biden basaba sus comentarios en declaraciones israelíes e informaciones de prensa.
Con tanto horror real, la historia nunca confirmada de los bebés decapitados es el ejemplo de cómo siempre se puede ir más allá en la escalada retórica y de cómo la desinformación puede añadir odio a unos acontecimientos terribles por sí solos.