La F1 pide soluciones al 'inaceptable' caos en Montmeló el fin de semana

La F1 pide soluciones al ‘inaceptable’ caos en Montmeló el fin de semana

El Circuit de Barcelona-Catalunya anunció que se habían agotado las entradas para el Gran Premio de España 2022 de Fórmula 1 después de pasar dos años con un aforo limitado debido a la pandemia de la COVID-19, afirmando que casi 300.000 personas habían acudido al recinto durante el fin de semana en Barcelona.

Sin embargo, dice la F1, pronto pareció evidente que el lugar no estaba preparado para el ‘no hay billetes’, y se formaron grandes colas en torno a los limitados puestos de comida, bebida y aseos.

Eso fue así especialmente el sábado y el domingo, con, además, una grave congestión del tráfico en las carreteras de acceso al trazado, paralizando incluso algunas rutas, y los aficionados tuvieron que sufrir para encontrar aparcamiento.

Los problemas de infraestructuras se hicieron ya notar desde primera hora del sábado. Desde la organización pidieron a los fans que fuesen en transporte público, pero aún así muchos decidieron ir en sus coches particulares. Para ello, se vendieron entradas a un párking que, «estaba en medio del monte».

«Es un trozo de monte, compras entrada y nadie te la comprueba al aparcar. No tienen prácticamente señalización. Al salir del parking nadie controla el tráfico y por lo tanto se forma el caos», cuenta un espectador. «El parking era de pago, aunque no para todos, y al no haber control de acceso, muchos se colaron, lo que generó aún más problemas.

Además, en el aparcamiento se sucedieron los robos de vehículos y cristales rotos, ya que no había personal de seguridad.

La pequeña estación de tren de Montmeló también tuvo problemas para transportar a los miles de aficionados que acudieron desde y hacia el centro de la ciudad durante las horas puntas.

Los contratiempos en la afluencia del público se vieron agravados por el calor, ya que Catalunya vivió la semana con más temperatura del año, alcanzando los 37º C durante el fin de semana, lo que obligó a muchos aficionados a enfrentarse al clima sin las provisiones adecuadas.

Muchos expresaron su descontento a través de las redes sociales, y algunos incluso sugirieron que no volverían para el día de la carrera a pesar de haber comprado una entrada.

Horas después de la cita, la Fórmula 1 emitió un comunicado en el que calificaba de «inaceptables» los problemas de congestión, e instaba a poner en marcha un plan para evitar un colapso similar el próximo año.

«El enorme número de aficionados en este evento, tanto dentro como fuera del circuito, creó los problemas de tráfico», decía la máxima categoría del automovilismo. «Hemos hecho saber al promotor que esto no es aceptable, y que debe solucionarse para la próxima temporada».

Varias partes del circuito de Montmeló había sido renovadas para este curso, pero algunas de los lugares clave para los espectadores han permanecido prácticamente en el mismo estado durante el paso de los años.

Los problemas de movilidad se acentuaban cuando los asistentes a la carrera tomaban un taxi desde Barcelona para llegar a Montmeló, con colas de hasta una hora y media para llegar. Pero el mayor problema venía a la hora del regreso a Barcelona. Los taxis del Área Metropolitana de Barcelona no están autorizados para recoger a clientes en Montmeló y la población cuenta con una flota de no más de 40 vehículos, así que a los asistentes no les quedó otra que acercarse a la ‘Petit Station’ del tren y esperar, esperar y esperar.

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