Italia cierra todo, excepto las farmacias y supermercados

Italia cierra todo, excepto las farmacias y supermercados

60 millones de italianos están confinados en casa.

Pero en las regiones de norte de país, las más afectadas por el COVID-19, no es suficiente para contener la epidemia, que ya registraba ayer más de 10.500 contagios y 827 víctimas mortales en Italia.

Lombardía y Véneto solicitaron el «cierre total» del transporte público y de todas las actividades comerciales en sus territorios, excepto farmacias y supermercados.

Conte anunció anoche el cierre de todos los establecimientos, incluidos los pubs, bares y restaurantes, excepto los que atiendan necesidades básicas, como farmacias, supermercados y tiendas de alimentación.

Los quioscos y los estancos también continuarán abiertos.

Los servicios públicos esenciales, incluidos el transporte público, estarán garantizados, aseguró el primer ministro, en un mensaje transmitido a través de las redes sociales.

Las empresas deberán incentivar «lo máximo posible» los permisos y vacaciones, y cerrar los departamentos que no sean imprescindibles.

Hasta ayer Italia había cerrado cines, teatros o museos para evitar la aglomeración de personas, pero los centros comerciales podían abrir los días laborables, mientras que los bares y restaurantes podían hacerlo hasta las 6 de la tarde, con la condición de que se respetara al menos un metro de distancia entre los clientes.

El lunes, en una decisión sin precedentes, el gobierno prohibió los desplazamientos en todo el territorio nacional, excepto por causas laborales, emergencias o motivos de salud.

La normativa creó cierta confusión, ya que en un primer momento fue interpretada como una recomendación a quedarse en casa y no una exigencia.

Ayer, sin embargo, el Ministerio del Interior publicó un vademécum que acaba por fin con las dudas de muchos italianos: «Quedarse en casa es una obligación».

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