Francia se paraliza contra la reforma de las pensiones

Francia se paraliza contra la reforma de las pensiones

El 5 de diciembre es una fecha marcada en el calendario de Francia desde hace mucho tiempo.

Se prevé que el país quede completamente paralizado este jueves.

Trabajadores del transporte público, profesores, personal sanitario e incluso sindicatos policiales harán huelga para poner contra las cuerdas al presidente, Emmanuel Macron, e impedir que salga adelante su reforma de las pensiones.

Estudiantes y chalecos amarillos también se añadirán para expresar su particular malestar. Se han convocado 245 manifestaciones en todo el país y se teme que la jornada termine como el rosario de la aurora: con disturbios.

Si bien el proyecto de ley de la reforma de las pensiones aún se presentará oficialmente, ya se sabe que el gobierno quiere sustituir los 42 regímenes sociales que hay actualmente -cada uno de ellos con sus particularidades para calcular la pensión- por un único régimen universal por puntos.

Con este nuevo sistema el gobierno quiere que cada euro cotizado permita adquirir el mismo número de puntos en todo el mundo sin tener en cuenta el momento en que se ha cotizado o bien la situación profesional (trabajadores del sector privado o del público, independientes, liberales, funcionarios…).

Actualmente, por ejemplo, la pensión de los funcionarios se calcula a partir de los últimos seis meses trabajados, mientras que la pensión de los asalariados del sector privado se calcula a partir de los 25 años mejor pagados.

La reforma también prevé penalizar los que se jubilen a los 62 años, la edad legal actual, porque verán reducida la pensión un 10%, mientras que si se retiran a los 63 la reducción será del 5%.

En cambio, aquellos que se jubilen a los 65 años se beneficiarán de un aumento del 5% y, si lo hacen a los 66 años, el aumento será del 10%.

Por lo tanto, el mensaje del gobierno es claro: los activos tienen que trabajar más años para mantener el sistema de pensiones.

Como ya ocurrió en la primera gran movilización contra esta reforma, el 13 de septiembre pasado, los trabajadores de los transportes públicos encabezan las protestas este jueves.

Es uno de los colectivos más perjudicados por la reforma y algunos de los sindicatos ya han llamado a prorrogar la huelga.

Su régimen especial de pensiones les permite jubilarse a partir de los 52 años, diez años antes de la edad que estipula el régimen general.

Este privilegio se justifica porque hacen horarios nocturnos o deben trabajar los festivos.

Los enseñantes es otro colectivo que saldrá mal parado de la reforma si se acaba aprobando. Según los sindicatos, la pensión de un maestro de escuela disminuirá un 30%, es decir, entre 600 y 900 euros brutos mensuales.

Actualmente la pensión de los profesores se calcula a partir de los últimos seis meses de salario de su carrera profesional, el momento en que llegan a cobrar el sueldo más alto de la parrilla salarial. Con la futura reforma, en cambio, la pensión se calculará teniendo en cuenta el conjunto de la carrera profesional.

Transportes y escuelas

Para la jornada de huelga se han anulado el 90% de los trenes de alta velocidad y el 80% de los regionales. En París, 11 de las 16 líneas de metro están cerradas, y los tramos, buses y trenes RER -que unen París con la periferia- también funcionan a medio gas. Además, el 20% de los vuelos se han cancelado.

En cuanto a la educación, el 78% de los maestros secundarán la huelga en París, según el gobierno.

A escala estatal, el seguimiento será del 55%.

Asimismo, en la educación secundaria, la movilización también será fuerte: 6 de cada 10 profesores, según los sindicatos.

Manifestaciones en todo el país

Junto con los paros de servicios se han convocado cientos de manifestaciones en todo el país.

En París, la protesta se prevé masiva y las autoridades se preparan, de hecho, para el peor escenario.

Es por ello que la jefatura de policía ha obligado restaurantes y comerciantes situados a lo largo del trayecto por donde pasará a cerrar los establecimientos y retirar el mobiliario de terrazas o cualquier objeto que pueda servir de proyectil.

Para controlar las manifestaciones, el gobierno prevé desplegar un dispositivo de 6.000 policías y gendarmes, principalmente para evitar que grupos de alborotadores se infiltren y provoquen disturbios.

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