Estafaron más de 200.000 euros consiguiendo datos bancarios a través de llamadas telefónicas
La policía catalana detuvo el 16 de julio a 11 personas como presuntos autores de los delitos de estafa y organización criminal. Los detenidos son de nacionalidad peruana, ecuatoriana, española, marroquí, brasileña, cubana y paquistaní y tienen entre 30 y 40 años.
La investigación policial comenzó hace un año cuando se detectó el aumento de denuncias por estafa con un mismo denominador común, la posible captación de datos bancarios a través de llamadas telefónicas.
Estas llamadas, hechas desde Sudamérica, las hacían de tal forma que las víctimas pensaban que estaban hablando con su empleado de banca o su operador de telefonía móvil, ya que los criminales tenían previamente los datos personales de la víctima, y el objetivo era engañar a los receptores de las llamadas para obtener acceso a su banca online. Esta modalidad de estafa se conoce como vishing.
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Los detenidos estaban muy organizados, ya que, en una segunda fase de la operativa, los estafadores, una vez ya tenían control de la cuenta corriente online de la víctima, ponían esta información a disposición de otras personas que hacían las operaciones bancarias fraudulentas, las cuales consistían básicamente en realizar transferencias hacia cuentas corrientes nacionales.
En una tercera y última fase del fraude, otro grupo de personas, los llamados muleros, hacían reintegros en efectivo, de tal forma que una parte del dinero obtenido era entregado a los responsables de la trama y otra parte era enviada al extranjero a través de agencias de envío de dinero.
El control de los responsables del fraude sobre los muleros era tal que incluso en algunos casos se identificaron denuncias de los propios muleros en las que manifestaban haber sufrido extorsiones por parte de sus controladores, bajo el pretexto de no hacer adecuadamente la entrega del dinero a los responsables de la organización.
La investigación también permitió establecer que los estafadores utilizaban igualmente el dinero de las estafas para adquirir material electrónico, especialmente terminales de telefonía móvil, que posteriormente eran vendidos a un precio sensiblemente inferior al de mercado a tiendas en connivencia, los que actuaban como receptadores.
Estafa de más de 200.000 euros
En estos momentos el fraude aproximado asciende a más de 200.000 euros y el número de afectados supera la cincuentena a la espera del estudio de la documentación intervenida que permita hacer una valoración más definitiva.
En el operativo policial, coordinado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Esplugues de Llobregat (Barcelona), se hicieron nueve entradas y registros en diferentes localidades de las provincias de Barcelona y Tarragona, y se detuvieron a 11 personas por los delitos de estafa y organización criminal.
El operativo fue especialmente complejo de coordinar, ya que algunos de los investigados eran portadores de la Covid-19, lo que obligó a adoptar medidas adicionales de seguridad para evitar contagios durante el dispositivo.
Los detenidos pasaron a disposición judicial y todos quedaron en libertad con cargos y a uno de ellos como medida cautelar le decretaron la retirada del pasaporte.
Estafaron más de 200.000 euros consiguiendo datos bancarios a través de llamadas telefónicas