El presidente de Corea del Sur hace marcha atrás y levanta la ley marcial

El presidente de Corea del Sur levanta la ley marcial tras fuertes presiones

El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha decidido dar marcha atrás y levantar la ley marcial que había impuesto el martes. Sin embargo, el levantamiento oficial no se hará efectivo hasta que pueda reunirse el número necesario de ministros de su gabinete para aprobar la medida formalmente. Esta decisión se produjo tras la presión ejercida por la Asamblea Nacional, que votó en contra de la ley marcial, y después de intensas protestas en las calles.

Jornada de incertidumbre y tensiones

En las horas posteriores a la declaración de la ley marcial, Seúl vivió escenas de alta tensión. Manifestantes se enfrentaron con las fuerzas militares que rodeaban la sede del parlamento. Las tropas habían garantizado el mantenimiento de las medidas hasta que el presidente ordenara su retirada, lo que prolongó la incertidumbre. Las protestas en las calles reflejaron un fuerte rechazo popular a las decisiones de Yoon, quien había cerrado el parlamento, tomado el control de los medios de comunicación y prohibido las actividades políticas, justificando la medida como una respuesta a una supuesta amenaza de las “fuerzas pro-norcoreanas”.

Contexto político: acusaciones y tensiones

El presidente Yoon, que enfrenta una baja popularidad, había acusado a la oposición de simpatizar con Corea del Norte y de obstruir las actividades de su gobierno. Además, afirmó que los fiscales estaban siendo perseguidos por investigaciones contra el líder del principal partido opositor. Su decisión de recurrir a la ley marcial intensificó el descontento social y político, sumándose a las demandas de investigación contra su esposa por presunta corrupción.

Dos años en el poder marcados por controversias

Desde que asumió la presidencia en 2022, Yoon Suk-yeol ha enfrentado desafíos significativos. Antes de su carrera política, trabajó como fiscal durante 27 años. Sin embargo, muchas de sus políticas han sido impopulares, como su propuesta de aumentar las horas laborales semanales de 52 a 69, lo que provocó una ola de críticas, especialmente entre los jóvenes. Estas medidas han minado su apoyo popular y han alimentado las protestas que se intensificaron con la declaración de la ley marcial.

Celebraciones en las calles

Tras el anuncio de que la ley marcial sería retirada, las calles cercanas al parlamento en Seúl se llenaron de manifestantes celebrando la victoria con gritos de «¡Hemos ganado!». Muchos de ellos calificaron la medida como inconstitucional y expresaron su esperanza de que este episodio marque un punto de inflexión en la gestión del presidente.

La crisis política en Corea del Sur parece no haber terminado, y este episodio deja al presidente en una posición aún más debilitada frente a la oposición y la ciudadanía.