El dueño del Club Paradise en la Jonquera, atribuye los atentados a 'envidia de la competencia'

El dueño del Club Paradise en la Jonquera, atribuye los atentados a ‘envidia de la competencia’

El propietario del Club Paradise en la Jonquera negó haber recibido amenazas durante el juicio que arrancó este lunes en la Audiencia de Girona por los ataques con explosivos del 2012. El dueño del local, José Moreno, aseguró que tampoco tenía deudas y achacó los atentados a ‘envidia de la competencia’.

Moreno ha asegurado que lleva sus negocios de forma «profesional» y que no ha tocado «las narices» a nadie. Por la sala de vistas, también han desfilado varios testigos -sobre todo, el personal de seguridad- que han explicado lo que vieron en diciembre. El juicio por los ataques sienta a siete acusados ​​en el banquillo, para quien el fiscal pide penas de hasta 24 años y medio de cárcel.

Hechos de hace 10 años

El propietario del Club Paradise ha explicado que, de hecho, él no estaba en el local cuando se produjeron los ataques. Ni en la madrugada del 12 de diciembre, cuando dos motoristas lanzaron dos artefactos con TNT en el interior del Paradise, ni tampoco ese 23 de diciembre, cuando unos hombres armados con subfusiles abandonaron un coche bomba frente al club.

«Solo sé lo que me explicaron, yo tengo otros negocios y allí no estoy durante las 24 horas».

A preguntas del fiscal, Moreno aseguró que «nunca» había recibido amenazas.

«Personalmente, nadie me ha amenazado; en este caso, se ha hablado de dinero y se han hecho muchos comentarios, pero yo no he dado ningún motivo».

Moreno negó que tuviera deudas y precisó que todos los créditos que asumió por las obras del Paradise, los pagó cuando correspondía.

«Me he limitado a trabajar y no soy una persona problemática. El único motivo que he pensado a veces es que haya sido la competencia; el dinero es muy malo».

Personal de seguridad

De la decena de testigos que han pasado por la sala de vistas, la mayoría eran personal de seguridad del Paradise. Tras Moreno, el primero en declarar fue su cuñado.

Explicó que, aquella madrugada del día 12, vio cómo los motoristas lanzaron un paquete que «echaba humo» en el interior del almacén. Y que cuando fue a avisar al vigilante de seguridad, el artefacto explotó.

«Si me hubiera acercado, me habría jugado la vida. Los dos atacantes iban con una moto de gran cilindrada, pero en ningún caso pude identificarlos».

Las declaraciones del resto de personal del Paradise se han centrado sobre todo con el episodio del coche bomba. Entre los vigilantes que declararon a la Audiencia -tanto dentro del local como del aparcamiento- todos coincidieron en explicar que los atacantes iban en dos coches.

El primero, un Opel Corsa, fue el que dejaron abandonado en el aparcamiento y que contenía los explosivos (dos bombonas de butano y un paquete con TNT y pentrita que no llegó a explosionar). El segundo, un Porsche Cayenne, fue el vehículo con el que huyeron (y que quemaron posteriormente en Capmany).

Los vigilantes han declarado que, ese día, los dos atacantes que vieron llevaban la cara tapada con pasamontañas e iban armados con subfusiles. Han explicado que tras aparcar el coche bomba y salir, subieron rápidamente al Porsche -donde les esperaban los demás- y huyeron del sitio. Antes de irse le dijeron a uno de los vigilantes que el Opel tenía una bomba dentro, lo que comportó que este testigo alertara al resto de personal, se avisara a la policía y se desalojara el club.

Hasta 24 años y medio de prisión

El juicio por los ataques con explosivos en el Paradise, que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia de Girona, continuará hoy con más testigos. Posteriormente, el guión prevé que el miércoles sea el turno de los Mossos d’Esquadra y de los peritos, que el jueves declaren a los acusados ​​y que, a partir de ahí, se entre en la fase de conclusiones e informes de las partes.

La fiscalía pide para los siete acusados ​​penas que van desde los 4 hasta los 24 años y medio de prisión y multa de 7.200 euros. Los acusa de delitos de organización criminal, tenencia de explosivos, daños continuados, intento de daños, robo con fuerza, falsedad documental, amenazas y hurtos continuados.

El dueño del Club Paradise en la Jonquera, atribuye los atentados a la competencia