El cultivo de cannabis: un remedio natural con tantos adeptos como tiene en antigüedad

Cáñamo, cannabis y legalidad

Poco a poco, cada vez son más los países que, como sucede en diversos estados de los Estados Unidos, han optado por legalizar el consumo de cannabis tanto a fin de evitar su compraventa ilegal como bajo fines farmacéuticos. De hecho, ya en tiempos antiguos el cannabis no tan sólo era una medicina natural contra ciertas afecciones –actualmente, siendo utilizado para tratar enfermedades como el Alzheimer–, sino que también formaba parte de la vida espiritual de muchos individuos. Más allá de eso, incluso el cáñamo puede emplearse como material de bioconstrucción, combustible ecológico, cosmética o celulosa para papel.

Cuanto a su consumo, la realidad es que existen ciertas sombras y luces acerca de su legalidad. Según el marco legislativo de España, su consumo, cultivo y posesión son totalmente legales, por lo que recurrir a tiendas especializadas como la grow shop El Cogollo para adquirir todo cuanto a tales efectos precisemos, desde iluminación y fertilizantes a extractores y semillas, es un acto completamente natural. Eso sí, siempre y cuando dichas actividades respeten ciertas especificaciones, que van desde evitar que nuestra planta pueda verse desde la vía pública hasta limitarnos a su consumo en el hogar o en un club cannábico.

¿Cannabidiol (CBD) o tetrahidrocannabinol (THC)?

Como ocurre en casi todo conflicto, la polarización sobre el debate del consumo y la venta de cannabis tiene, en ambos bandos, buenos argumentos. Sin embargo, los bienintencionados intentos de erradicar su uso entre la población palidecen ante los múltiples beneficios del cannabis. Mientras que sus detractores se centran en la percepción de dicha planta como una mera droga, otras sustancias verdaderamente adictivas como el alcohol, el tabaco e incluso el caféy el azúcar pasan desapercibidas ante los recaudadores ojos del Estado. Probablemente, a causa de una antigua pugna por la industria del cáñamo entre México y Norteamérica que acabó por dar mala publicidad a su consumo.

Por el contrario, el motivo que ha movido y mueve cada vez a más individuos a hacerse con un kit cultivo interior y cosechar su propio cannabis tiene mucho que ver con la salud. Si bien el popularísimo tetrahidrocannabinol (THC), componente del cannabis, guarda más relación con lo psicotrópico y lo lisérgico, el cannabidiol (CBD) es el cannabinoide que más claros beneficios aporta a su consumo. Según constatan, ya no la experiencia, sino sendas fuentes científicas alrededor del mundo, el consumo de cannabidiol contribuye a apaciguar el dolor crónico, frenar el desarrollo del cáncer o incluso tratar la esquizofrenia y el estrés postraumático.

CBD: de remedio contra el estrés a antipsicótico

A diferencia del THC, el CBD no acostumbra a causar estados de gran alteración tales como los que sí produce el cannabis tal y como se (mal) conoce, sino que su consumo no altera en ningún modo nuestra percepción. Tal es así, que la legalización del cannabidiol sí es un debate farmacéutico y social que promete acabar en buen puerto en no muy poco. Dado que se trata de una sustancia utilizada incluso en niños y adolescentes epilépticos, sería difícil una legislación en contra teniendo otros fármacos cuya automedicación ha causado problemas de dependencia.

Abriendo su cobertura médica, el CBD actúa como un buen remedio en casos de vómitos o náuseas y dolor e inflamaciones, tanto como anticonvulsivo, revitalizante o antipsicótico. En otra instancia, contribuyendo también a nuestro bienestar mental gracias a su capacidad contra el estrés. Posiblemente, y junto a la ansiedad, una de las afecciones más comunes en el ser humano contemporáneo y, a su vez, de las más invisibilizadas por la sociedad.

Paradójicamente, se invisibiliza pecando de obviar al mismo tiempo una planta capaz de impedir la metástasis de los tumores así como, en su versión más estandarizada, destensarnos en un momento en concreto o no de nuestras vidas. Cuando, en el fondo, no es más que una medicina más de las que puede ofrecernos la naturaleza. Un recurso más de nuestra tierra cuyas luces de futuro alumbran sin cesar una mayor consciencia en la medicina del mañana.

El Cogollo: mimando las etapas del cultivo

La planta del cannabis, la marihuana, no deja de ser una planta como cualquier otra, con sus estados de floración y madurez, así como sus cuidados de jardinería. Incluso la refinación del CBD parte del cultivo clasificado entre plantas con un menor porcentaje de THC en sucesión. No obstante, y como toda planta, el cannabis también goza de ciertas particularidades que hacen de su cuidado una cuestión seria. Por ello, acudir a tiendas especializadas en el cultivo y el consumo de cannabis como El Cogollo es de vital importancia. De lo contrario, en lugar de mimar nuestra plantación, podríamos errar y darle un mal ambiente, un mal riego o una mala luz.

Abriendo un notorio catálogo de herramientas, El Cogollo ofrece en su plataforma online todo tipo de utensilios necesarios para el cultivo de cannabis. Encontrando sistemas de cultivo hidropónicos y aeropónicos, así como filtros antiolor o, centrándonos en una importante cuestión, una parafarmacia cannábica. Con todo tipo de geles y aceites extraídos del CBD para cuidar nuestra piel y el organismo. Una gran aportación a la normalización del consumo de cannabis y que, sin lugar a dudas, es también una apuesta por una medicina limpia y natural. Siempre y cuando la consumamos dentro de los límites legales y tengamos claro que la naturaleza está ahí para ayudarnos.

El cultivo de cannabis: un remedio natural con tantos adeptos como tiene en antigüedad