Destruida una

Destruida una «Inmaculada de Murillo» al intentar ser restaurada, al igual que ocurrió con el Ecce Homo

La fallida restauración del Ecce Homo de Borja a cargo de Cecilia Giménez dio la vuelta al mundo en el año 2012.

Pero no se trata de un caso único.

Un ejemplo lo acaba de padecer un coleccionista particular de València, quien encargó por unos 1.200 euros a un restaurador de muebles la limpieza de una copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo.

Su sorpresa fue mayúscula cuando, al devolverle la pieza, vio que el rostro estaba completamente desfigurado y que, además, guardaba un inquietante parecido con el inclasificable Ecce Homo de Borja.

El restaurador no pudo arreglar la Inmaculada no una vez, sino dos veces.

Destruida una "Inmaculada de Murillo" al intentar ser restaurada

Las obras sufren este tipo de intervenciones no profesionales, pudiendo provocar un cambio irreversible

Entre los casos de este grupo de ‘restauraciones de los horrores’, están los casos de «las Figuras de Rañadoiro, en Asturias; el San Jorge de Estella, Navarra, que llegó a los tribunales, o La Dolorosa de Arucas, en Las Palmas de Gran Canaria».

A estos es posible añadir muchos ejemplos de agresiones a patrimonio inmueble, donde no se ha contado con un profesional de conservación restauración, como son, limpiezas en fachadas históricas demasiado abrasivas, adaptaciones en ermitas protegidas para utilizar como aparcamiento o la desaparición de elementos ornamentales originales.

Destruida una «Inmaculada de Murillo» al intentar ser restaurada